RUMANIA, Un deseo cumplido (II)

Siguiendo mi camino me adentré en Hobita, el pueblo natal del increíble escultor Constantin Brancusi.

En su humilde casa natal, me sorprendió de nuevo como la genialidad puede aparecer en cualquier lugar, sin tener en cuenta condiciones, dinero etc.Hijo de agricultores, comenzó a trabajar como pastor y luego, trabajo en la vecina Targu-jiu, en diversos oficios hasta que, trabajando en una posada, en una discusión, acepto el desafío de construir un violín ¡con unas tablillas de unas cajas de naranjas¡. Un gitano confirmo que sonaba incluso mejor que el suyo, lo que hizo que un acaudalado cliente lo inscribiese en la Escuela de Arte y Oficios de Cracovia. Me gustaría recalcar que, para ponerse en a la par de sus condiscípulos, aprendió solo a leer y a escribir. No voy a relatar toda su vida, solo aquellos hechos que me parecen significativos, como que se negara a trabajar en prácticas en el estudio de Auguste Rodin con las ya mítica frase “A la sombra de una gran encina no pueden crecer los arbustos jóvenes”. Se dice también que fue él quien enseño a esculpir a Modigliani.

En Bucarest solo existe un monumento público de él, el busto de Carol Davila en el Hospital Militar, porque en Rumania, durante la época socialista, fue considerado un representante del formalismo burgués cosmopolita y, el gobierno comunista rumano, llego incluso a rechazar las obras de Brancusi que él quería donar a Rumania tras su muerte. Cuando murió, en 1957, ya nacionalizado francés, todas sus obras pasaron al Museo de Arte Moderno de Paris.  Hubo de esperar hasta 1964 para que fuera “redescubierto” en su Rumanía  como genio nacional

Ya en Targu –Jiu pude admirar el conjunto escultórico monumental de Brancusi, homenaje a los jóvenes rumanos fallecidos en la Primera Guerra Mundial formados por “La mesa del silencio”, “la Puerta del beso” y “La columna infinita”. Decía el artista sobre su obra : “Hay imbéciles que dicen que mi obra es abstracta; lo que llaman abstracto es lo más realista, porque lo que es real no es la forma exterior, sino la idea, la esencia de las cosas y es, precisamente, la simplicidad de sus esculturas que parecen mezclar la modernidad y la prehistóricas, la que asombra porque, despojadas de casi todos los adornos,  permiten ver esa esencia de la que Brancusi habla.

No podía despedirme de la región sin pasear en barco por el Danubio y atravesar las llamadas Puertas de Hierro, cañón natural frontera entre Serbia y Rumania (allí se sitúan las centrales de energía eléctrica de ambos) que me recuerda “La Raya” el territorio a ambos lados del río Duero cuya titularidad comparten España y Portugal.

En la orilla rumana asombra un altorrelieve del rey dacio Decébalo, “fuerte como diez hombres”, de 40 metros, tallado en la montaña quien aglutinó a las tribus de la región, creando la Gran Dacia en tiempos del emperador Domiciano, al que gano en batalla en dos ocasiones. Pero, cuando llego el emperador Trajano, las cosas se complicaron y éste derrotó a Decébalo. Y, aunque el rey volvió a levantarse en armas, el romano lo aplasto y Decébalo prefirió suicidarse antes que pasar a ser siervo del romano. Un empresario llamado Dragan, deicidio costear una estatua del héroe nacional y la situó en el acantilado, justo frente a la orilla serbia donde se encontró la Tabula Traiana que cuenta la guerra con Trajano.

Con el barco también podrás acercarte a conocer el Monastery Mraconia, (un lugar escondido) y que, como todos los monasterios ortodoxos, está preciosamente pintado en su interior.

Cuando mi viaje iba llegando a su fin, de forma inesperada, me encontré en un lugar llamado “Muzeul Trovantilor Costeti” donde, extendidas por la ladera de una montaña unas piedras de variados tamaños son conocidas como “Trovants”. Los lugareños se refieren a ellas como “las piedras que crecen y se mueven” e incluso muchos las tienen en sus jardines esperando a que crezcan. La explicación de los científicos es que están formadas por arena sedimentada y que, junto a las arenas, se han acumulado carbonatos en exceso que, cuando llueve, presionan las capas inferiores de sedimentos haciéndolas aflorar a modo de protuberancias. Además los científicos al cortarlas a la mitad encontraron unos anillos, como los que encuentras al cortar los árboles y que, como estos, revelaban la edad de las piedras. Su forma suele ser lisa, cilíndrica y conforme se multiplican desarrollan formas inconsistentes. La explicación para el movimiento de estas piedras la encontramos en magnetismos extraños, vórtices de energía o ¡intervención alienígena!…ósea que ¡no existe explicación, aún!. Estas piedras también existen en Rusia. Kazajstán o en la República Checa.

Me despedí de Rumania deseando regresar, la próxima vez, para adentrarme en Valaquia y enfrentarme a mi ininterrumpida pesadilla, desde que era pequeña, el famoso Drácula y sus leyendas.