San Sebastián

Una de las ciudades más atractivas de Europa se encuentra en el País Vasco. Famosa por su Festival de Cine, su gran playa, y su gastronomía, la urbe también cautiva al visitante por su ambiente.


“Me gustaría vivir aquí”. Este es un pensamiento recurrente que a menudo me asalta cuando viajo a una ciudad o a un país que me fascina. Es también el caso de San Sebastián, una ciudad del País Vasco, en el norte de España. Lo tiene todo para satisfacer al viajero más exigente. Sus gentes, sus calles, su arquitectura, su paisaje, su buena mesa, su arte, su cultura, y su ambiente no se discuten: ¡se aplauden! Y su inmensa playa “La Concha” (ninguna otra interpretación para mis lectores argentinos que la forma del caparazón que protege algunos moluscos) es el eje que sostiene uno de sus mejores entretenimientos. ¡Nunca es tan suya como cuando la disfrutan!

Contemplar esa playa desde la atalaya del monte Igueldo es quedar subyugado por su insólita belleza. Esther Vázquez, la guía que me acompaña, afirma que a muchos de sus clientes “esta visión se les antoja como un perfecto decorado hollywoodense”. Sólo que, en esta ocasión, es la realidad la que supera la ficción. La animación en torno a la playa es constante y en cualquier época del año. Paseantes, bañistas, surfistas, y corredores se dan cita en el paseo de La Concha o en la arena de la playa. La marea sube, baja, y vuelve a subir. A veces, el mar está en una calma hermosa y, a veces,  las olas golpean los puentes con una energía sorprendente. Éste es un show non stop.Disfrutar del paseo marítimo de 6 km., sin desniveles, sin autos, y sin cruzar un solo semáforo es un regalo que ningún visitante rechaza. Aunque tenga que  detenerse, en algún momento, a tomar una cerveza en las  terrazas al aire libre que le esperan por todo el litoral. Pero, obviamente, el mar, aún siendo uno de sus principales atractivos, no es el único…

La sensación que uno tiene también al pasear por las bellas veredas del río, por ejemplo, es como flotar relajado sobre sus sosegadas aguas. Porque, eso sí, San Sebastián es una ciudad paseable. No hay que ser ningún maratoniano para atreverse a conocer la ciudad a pie. Olvidarse del automóvil es aquí un privilegio. Y admirar su conjunto arquitectónico otro mucho mayor. Los edificios del Ayuntamiento, el Teatro Victoria, o el histórico Hotel de María Cristina, por ejemplo, son como viajar a nostálgicos tiempos pasados. El final de los paseos tiene siempre un merecido premio: los pintxos.

La emoción de comer pintxos

“A Adán y Eva les echaron del paraíso por comerse algo rico. Aquí pasa justo lo contrario. Te vas de pintxos a cualquier bar o restaurante de la Casco Viejo, y entras directamente en el cielo del buen comer” Así, reza en una de sus guías de turismo. Y nada más cierto: la importancia que se da en esta ciudad a la cocina, la ha convertido con toda justicia, en un icono mundial de la gastronomía: el lugar con más estrellas Michelín por metro cuadrado. La oferta de pintxos es tan variada, extensa, y de tanta calidad, que uno puede repetir esta experiencia a la hora del aperitivo, el almuerzo o la cena. De pie o sentado. En una tasca o en un restaurante. Comer en Donostia (su nombre en euskera) es sentir la vibrante emoción que transmite la creatividad y la magia de la buena cocina. Una emoción que, cuando el apetito aprieta, te hace sentir ¡estar en el mejor lugar del mundo!

Pero como también hay que alimentar el espíritu, nada mejor que plantearse visitar algunas de las múltiples ofertas culturales que ofrece la ciudad, que ostentó hace tres años el título de “Capital Cultural Europea”. Uno de sus más recientes hallazgos ha sido transformar el antiguo edificio de Tabacalera (www.tabakalera.eu)  como centro público de cultura contemporánea (exposiciones, talleres artesanales, investigación, cine de culto, biblioteca, y un sinfín de actividades). Un aspecto novedoso es subir a la terraza del edificio para contemplar un nuevo skyline  de la ciudad nunca antes visto desde esa perspectiva.

Uno de los museos imperdibles es el de San Telmo (www.santelmomuseoa.com) Ofrece interesantes  colecciones arqueológicas y etnográficas sobre la sociedad vasca y un ambicioso programa de actividades. Y otro gran museo abierto las 24 horas y de entrada gratuita está al aire libre. Se debe al influyente escultor Eduardo Chillida. Su obra El peine del viento, metonimia y símbolo de San Sebastián es la manifestación del amor que aquél profesa a su ciudad. En los días de oleaje, el viento, el mar y la roca complementan su creación haciendo sonar su órgano acuático. Jorge Oteiza es otro artista que expone en el Paseo Nuevo desafiando al mar. O mejor, estableciendo un profundo diálogo con él.

Festival Internacional de Cine

El mes de septiembre San Sebastián se convierte en una “Ciudad de Cine”. Todo el panorama cinematográfico nacional e internacional acude a este prestigioso certamen. Uno de los más importantes de Europa junto al Festival de Cannes o la Mostra de Venecia. Lo alberga el Palacio de Congresos Kursaal, un edificio del arquitecto Moneo, que rompe de forma atrevida la estética arquitectónica del centro de la ciudad, de estilo afrancesado. Pero tras una fuerte polémica, los donostiarras lo han asumido ya como “el emblema moderno de la urbe”

Grandes estrellas y directores como Woody Allen, Al Pacino, Robert de Niro, Richard Gere, Sigourney Weaver o el genial Alfred Hitchock asistieron al célebre festival y se enamoraron de la ciudad. La pasión por el séptimo arte que siente San Sebastián se refleja hasta en un hecho curioso: todo el diseño del confortable Hotel Astoria 7 (www.astoria7hotel.com)  se basa en la temática cinematográfica. Dedica a cada una de sus 102 habitaciones, de forma individualizada, a una estrella, actor, o director que haya pasado por el festival. En las paredes de los pasillos también se exhiben  las fotografías y biografías de otros míticos personajes del celuloide. Más aún: dispone de un salón-biblioteca donde pueden encontrarse libros, fotografías, y objetos relacionados con el cine. Asimismo, cada huésped  puede elegir, entre cientos de filmes históricos, su favorito para visionarlo en su habitación. Pero el de cine, no es el único festival que se celebra en San Sebastián. Los de Jazz, Derechos Humanos, o Teatro son otros eventos que tienen anualmente su cita en el Kursaal.

Un estilo de vida propio

Cualquier viajero percibe enseguida en las calles, plazas, playas, y, obviamente, en las actitudes de los propios habitantes de San Sebastián, su envidiable estilo y calidad de vida. Un fenómeno social que contagia al visitante a participar del mismo. Y sorprende lo fácil que resulta integrarse en ese saludable ambiente. Los donostiarras son muy cordiales y amigables, y te invitan y facilitan el modo de hacerlo hasta sentirte como uno de ellos. San Sebastián es una ciudad para admirarla, vivirla y disfrutarla.

Más info: San Sebastián Turismo. Boulevard, 8; 2003 Donostia/San Sebastián. Tel. (+34) 943481166.  www.sansebastian.turismo.com; Ainhoa_cordoba@donostia.eus;