El Hierro, quizás el mejor lugar del planeta para bucear

Nos vamos a la isla más pequeña del archipiélago canario, la más occidental y meridional que está declarada Reserva de la Biosfera. Les aseguro que se van a quedar atrapados por sus maridajes de tierras volcánicas con frondosos bosques, fondos marinos llenos de luz y unos habitantes que hablan uno de los castellano mejores del mundo.



Durante siglos, el Meridiano Cero estuvo en la isla de El Hierro. Cuando la tierra era plana… aquí se encontraba el final de la vida. En el siglo II, Ptolomeo la consideró como “Meridiano Cero” y así se mantuvo hasta 1880, cuando se movió hasta su posición actual “Greenwich”. ¡No tengo ninguna duda que en aquellos tiempos el Imperio británico mandaba mucho!

Vamos a pasar unos días con el único objeto de bucear en unos de los fondos más bellos del planeta. Entre sus principales patrimonios, destaca la claridad de sus aguas, sus acuarelas submarinas, sus agradables temperaturas y la posibilidad de tener encuentros con grandes pelágicos.

Aterrizamos en al aeropuerto de Los Cangrejos que está anclado en una amplia balconada al borde del precipicio del Atlántico. Lo primero recoger mi coche de TransHierro (www.transhierro.com) que es una empresa netamente isleña y que me da todas las opciones: taxis, bus o transporte con conductor.

Para alojarme; a mi establecimiento preferido, El Hotel Ida Inés, regentado por la ilustre familia herreña, Lutzardo, (www.hotelidaines.com). Situado en el Valle del Golfo que es uno de los lugares más espectaculares de la isla; arropado por unas montañas imponentes y frente a los Roques de Salmor que sobresalen en la mar bulliciosa. Estoy seguro de que su regente, se convertirá en su amigo; le resolverá todas sus dudas y le hará las mejores rutas por este trozo de cielo.

Para bucear a La Restinga, donde se desarrolla casi todo el buceo de la isla. Es un pequeño núcleo de pescadores. Allí nos vamos a dejar llevar por la experiencia del Club de Buceo “El BajónClub de Buceo “El Bajón” (www.buceoelbajon.com), que es un centro familiar con los mejores profesionales avalados de la ínsula. Según la consultora Turismovital uno de los mejores centros del archipiélago Canario. Te ofrece cursos, paseos en barco y multiaventura. Sus equipos de inmersión son de última generación; te sentirás muy a gusto. ¡No planifiques nada!… Ellos lo harán por todo por ti.


Toca prepararnos… llevaremos los equipos más apropiados…  ¡Vámonos al puerto! Allí tienen las embarcaciones más modernas para trasladarnos a los puntos de inmersión. La Reserva Marina posee unas aguas cristalinas y tranquilas con una compleja biodiversidad consecuencia de la actividad volcánica que la convierten en uno de los mejores lugares de este globo para el bucear.

Tras una navegación placentera, observando como la lava inunda todo y el silencio se convierte en melodía. Llegamos al punto de inmersión… se tira el ancla y cuando todo está preparado… Salto al agua y me impregno de mar; me ajusto las gafas y comienzo a descender lentamente en esta nueva galaxia… me posee la tranquilidad y me lleno de felicidad al observar un mundo más lento y más perfecto, repleto de vida, de colores, con una amplia vegetación y cientos de seres que se acercan a darme la bienvenida. Casi como una mariposa me poso en una playa de arena blanca a unos 20 m. de profundidad y se acerca una pareja de viejas muy señoriales que desean guiarme por el más hermoso camino de estas profundidades.


No se preocupen que hay diferentes opciones y niveles de dificultad. Para los principiantes mejor comenzar en el Rincón, un punto de inmersión bastante sencillo. En su recorrido se sigue una pared natural de 15 metros en vertical hasta casi la superficie. A la ida, se puede observar un fondo marino colorido donde es fácil ver chuchos y angelotes. Y a la vuelta, podremos explorar unas pequeñas cuevas donde habitan langostas y tamboriles.

Para los más experimentados, el Bajón es la inmersión estrella. A unos 300 metros de la costa; por su situación está expuesta a fuertes corrientes y se trata de un macizo montañoso con dos jorobas y con 4 caras, una de sus paredes cae unos 80 metros en vertical dando una gran sensación de vértigo. Es apasionante la vida que se puede observar: mantas, bancos de bicudas y grandes pedregales.

En general, los fondos herreños son rocosos y abruptos con veriles, cuevas, túneles, bajones y playas submarinas. La cobertura vegetal es muy densa, llegando hasta los 70 m. de profundidad, predominando las algas calcáreas y pardas. La abundante fauna de invertebrados se reparte entre los fondos y las oquedades que albergan a langostas, corales negros y amarillos, camarones, anémonas y esponjas… En la comunidad de especies de fondo abundan las viejas, cabrillas, gallos, meros, abades y diferentes especies de morenas. Los túnidos como el bonito, el rabil, el peto, el patudo y barrilote, dan lugar a las pesquerías más importantes de esta pequeña isla. La reserva también es visitada por especies de altamar como el solitario tiburón ballena que puede llegar a los 10 m. de longitud  y la manta diablo. Con un poco de suerte nos podemos topar con juguetonas tortugas y elegantes delfines.

Tras 45 minutos de paz, lentitud y mucha belleza en otro mundo mejor, toca comenzar a subir a la realidad; ascendemos pausadamente y en la superficie nos espera nuestra embarcación que nos llevará a puerto.

Hoy toca almorzar mi plato preferido; una vieja guisada con papas negras, con un buen chorro de aceite de oliva y unas gotas de vinagre de vino herreño, acompañado de un buen vaso de vino blanco afrutado. De postre quesadillas y de sobremesa una interesante conversación con los compañeros de viaje submarino. Por tarde haremos otra nueva inmersión y mañana seguiremos conociendo los pilares que sostienen a la isla del Meridiano.