El cauce del río atraviesa diez países y es considerado como el Amazonas Europeo, un tránsito por el viejo continente que sucumbe en maravillosos parajes selváticos, vivos y cambiantes. Recorrer el Delta del Danubio es todo un descubrimiento para aquellos que quieran darse un baño de calma con el sonido de sus aves y aguas, y el color de su flora al ser acariciada por los últimos rayos de luz del sol de cada día. Este viaje asegura al visitante sentir esa especial dosis de paz que nos merecemos en cualquier escapada.
Rumanía es un país que esconde verdaderos atractivos, dignos de ser visitados y apreciados; majestuosos paisajes, ciudades con historia y una población sociable y afectuosa que te acoge siempre con una sonrisa. Resulta curioso que la mayor parte de ellos domina el español a través de seguir telenovelas hispanoamericanas. En España quizás se tengan algunos prejuicios sobre este precioso país, pero si se acercan hasta él y sus gentes es seguro que los desecharán al instante.
El Delta del Danubio es un edén de más de 5.000 kilómetros colmado de vegetación, fauna y pequeños pueblos multiculturales en donde más de la mitad de la superficie está protegida por ser Reserva de la Biosfera y declarada Patrimonio Natural de la Humanidad desde 1991. Así, la mayor parte de su extensión permanece ajena aún, por suerte, a la huella del ser humano.
El tercer río más grande del mundo se transfigura en todo un vergel que en sus últimos 80 kilómetros antes de fundirse con el Mar Negro. En ese impresionante paisaje habitan más de 300 especies de aves, miles de tipos de plantas y cientos de peces diferentes. De hecho, es uno de los ecosistemas más ricos de Europa a la vez que desconocido donde se respira tranquilidad y sosiego.
El Delta comienza cuando el Danubio se divide en sus tres brazos principales: Chilia, hacia el norte, es el más joven y atraviesa y desemboca en Ucrania; Sulina es el más corto, discurre por el centro; y San Jorge, el más antiguo, se dibuja en el sur. Entre ellos fluye amplia y lentamente una infinidad de afluentes que forman un paraíso selvático ideal para los ornitólogos, los amantes de la pesca y, sin duda, para quienes adoran sumergirse en la naturaleza más pura.
Este amplio territorio de islas flotantes, lagos y bosques inundados que hacen que la frontera entre la tierra y el Mar Negro sea confusa tiene el pantanal más grande de Europa y el humedal y área más grande del mundo de juncos.
Si los pantanos, cañizos y arenales que conforman la acuosa jungla del Delta te sorprenden cuando te adentras en sus recovecos subido en un bote, no es de extrañar que sea el santuario de la multitud de especies de aves que hacen del Delta su hogar.
Las aves son un símbolo de este ecosistema, pero más concretamente, los pelícanos, siendo una de las especies más atractivas y habituales en esta desembocadura donde viven casi 20.000 ejemplares.
El Delta es tan inmenso que hay bastantes itinerarios, pero en esta propuesta viajera elegimos recorrer el brazo central, el Sulina, hasta llegar a Crișan por el intrincado dédalo de canales fluviales, observando los pequeños poblados que se encuentran en este ecosistema. En esta comarca sus tradicionales casitas de madera de colores azul o verde parecen sacadas de un cuento. Con los abundantes juncos se elaboran sus techos y convierten las viviendas en espacios aislados del frío en invierno a la vez que ventilados en las épocas más calurosas.
Cuando te internas en las profundidades de sus estrechos, las cortinas de juncos y su movimiento oscilante, como una reverencia al paso de tu embarcación, hacen los recorridos fascinantes descubriendo esparcidamente algunos pequeños poblados entre llanuras inhóspitas, animales salvajes, embarcaderos coquetos e incluso algún hotel con mucho encanto.
Tulcea
La región principal del Delta del Danubio es Tulcea, y desde allí, cada día, salen gran cantidad de rutas en barco que recorren sus tres brazos y los múltiples afluentes que esconden esos verdes pasillos que hipnotizan y forman todo un laberinto natural donde da gusto perderse; eso sí, siempre es recomendable ir con un guía que conozca bien la zona para poder volver a tiempo.
Esta ciudad es la referente para pasar unos días de vacaciones donde encontrarás todo lo que necesites: ocio, gastronomía, parques y alojamientos muy completos ubicados en la orilla del Danubio, como el Hotel Delta, que cuenta con un paseo marítimo en el que merece la pena ver el ocaso.
Es recomendable visitar el Museo del Delta del Danubio y Acuario. Se trata de un pequeño espacio bien organizado que cuenta con varias exposiciones mostrando la forma del estuario, la fauna que allí habita, la historia de este pequeño paraíso escondido y un increíble acuario donde, por contar algo divertido que seguro que a los niños y no tan niños les encanta, puedes meterte dentro de una pecera.
Sulina
Sulina es la ciudad más al este de Rumanía y solo se puede llegar a ella en barco. Su puerto fluvial fue uno de los principales al localizarse en la entrada del Danubio y aunque ahora es una zona más reprimida, es interesante respirar algo de su historia, que se cuela en la retina de los ojos mirando sus iglesias de estilo ortodoxo, las fachadas de sus edificios de aspecto industrial con la huella del paso del tiempo tras la revolución anticomunista; una mezcla de belleza salvaje y desolación. Cuentan con un curioso cementerio que muestran con orgullo por reflejar el espíritu de la actual Unión Europea, que hace más de un siglo se germinó en este enclave. Allí descansa la diversidad de culturas que han vivido en esta localidad: ortodoxos rusos y rumanos, griegos, turcos y judíos.
En Sulina hay una playa inmensa que gana terreno al mar cada año hasta tres metros. Al encontrarse en la costa del Mar Negro, entre las tres ramificaciones del río, los sedimentos que salen del mismo, junto a la presión que ejerce el mar, se acumulan en la orilla de la playa y así se puede decir que Rumanía es cada año más grande.
Si existe la oportunidad de salir en barca hasta el Mar Negro se observa el kilómetro cero del río que es el antiguo e histórico Faro de Sulina, impresionante por su aspecto y que curiosamente se encuentra en terreno de nadie, entre el río y el mar.
Niculițel
Uno rincón curioso para visitar algunos vestigios de la humanidad si te gusta la historia y su patrimonio Niculițel y, más concretamente, un museo que protege las ruinas de una cripta del siglo IV, todavía intacta y protegida, en la Basílica Paleo Cristiana de Niculițel. En 1971, los habitantes del pueblo, mientras hacían unas excavaciones para hacer una carretera, descubrieron una cruz. Entusiasmados siguieron escavando en busca de un posible tesoro y encontraron algo similar; las reliquias de 6 mártires romanos del Siglo IV.
Prueba Rumanía
Parte de la gastronomía típica de esta región es la Ciorba o sopa de pescado, así como la carpa, el arenque o el esturión. Estos pescados de agua dulce, debido a su proximidad con el agua son normalmente cocinados a la plancha o a la brasa. Si, además, lo combinas con sus vinos… Rumanía sabe mejor.
Por sus condiciones geográficas y climáticas es un país muy activo en el mapa para los productores de vino y no es imposible resistirse a comprobarlo. En la Bodega Alcovin Măcin se puede conocer la auténtica experiencia de degustar algunos vinos como el Tres Rosae y el Trei Brate Macín maridados con algunos de los muchos quesos frescos, curados y ahumados que se pueden probar en este destino.
Lebada Luxure Resort
En pleno corazón del Delta se encuentra uno de los Hoteles más exquisitos, El Lebada Luxury Resort and Spa. Cuando desembarcas en este complejo de lujo y te ves rodeada de jardines, de ríos, en un ambiente muy selecto piensa que es el plató ideal para en compañía de la soledad un escritor inspirarse para su mayor creación. El sonido de las ranas, grillos y aves mezclado con el silencio y el entorno, realmente serían capaces de despertar la imaginación del más apático. Un alojamiento ideal para estar contigo mismo o en familia porque cuenta con parque infantil, spa, gimnasio, casino, buffet y restaurante y un embarcadero con todo tipo de barcas, motos y piraguas para no aburrirte. Llamativas son sus camas circulares que cuelgan bajo los árboles de unos jardines plagados de flores de colores donde uno no se puede resistir y termina recostándose a pensar, imaginar y soñar.
Hotel Cormoran Resort
Situado en una isla en el interior de la amplia desembocadura y cerca de la zona de Ulzina, el Hotel Cormorán es otro de esos hoteles con encanto donde pasar unos días en medio de la naturaleza. Sus cabañas azules en un extenso césped verde; sus piscinas; paseos alrededor de las instalaciones a la orilla del río que puedes recorrer en bicicleta; el embarcadero con sus distintas embarcaciones que lo convierten en un punto fantástico y estratégico para pasar unos días de desconexión, hacen de él, además, uno de los principales alojamientos para los amantes de la pesca.
Si te alojas aquí no dejes de ver otra caída del astro rey, báñate con su color y con ese sonido de paz generalizado en la zona porque será como estar en una película.
Rumanía es, sin duda, un país que aunque no esté en la hoja de ruta habitual de las vacaciones tiene infinidad de lugares maravillosos por descubrir. Atrévete.