La narcisista moda de tomarse selfies en lugares extremadamente peligrosos ha causado cientos de accidentes en los últimos años. Muchos turistas han encontrado la muerte buscando el “selfie de su vida”
Dada la espectacular belleza de la naturaleza noruega, que atrae de forma especial a los amantes de los selfies, distintos organismos han lanzado una campaña para concienciar de los riesgos de tomar este tipo de fotografías en lugares extremos. La pregunta que uno se hace es: ¿Por qué hay turistas que visitan bellos y peligrosos lugares, no tanto para admirarlos sino para hacerse un selfie con riesgo de muerte? La moda de tomarse selfies en paisajes extremos como los que posee Noruega ha sido causa de numerosos accidentes durante los últimos años. Algunos mortales. ¿Qué busca este arriesgado viajero poniendo en riesgo su vida por un selfie? ¿Enviar la imagen inmediatamente a sus amigos, o followers de Instagram o Facebook? ¿Para darles envidia? ¿Demostrar una valentía que no tiene? (a menudo este tipo de gente es inconsciente del riesgo que corre) ¿Figurar en el libro Guiness de los Récords? ¿Aparecer en la sección necrológica del periódico de su pueblo? o ¿Se trata en realidad un suicidio anunciado (buscado)? A veces, uno escucha a algún amigo frases como “No aguanto más esta situación” como si oyese llover. Sin reflexionar en su posible trascendencia.
Hace muchos años, los viajeros se trasladaban de un lugar a otro para admirar los diferentes paisajes del mundo. Conocer a otras gentes distintas a ellos, observar sus desconocidas formas de vida y sus culturas y tradiciones. Y, ¿por qué no? sacar también algunas fotografías de todo lo novedoso que aparecía ante sus ojos para retener en su álbum un recuerdo gráfico de lo vivido, y, de paso, también mostrárselo a sus amistades para arruinar una velada que se prometía entretenida con sólo unas copas de vino y jamón (o salmón noruego), que es a lo que les habían invitado sus anfitriones. Muchos turistas no son conscientes del tormento al que someten a sus amigos contando detalles y más detalles de sus viajes que para éstos carecen de interés (Aunque tampoco hay que descartar se trate de una estrategia maquinada para despedirlos por lo avanzado de las horas)
Olvídate, si puedes, de tu “minuto de gloria”
Sin embargo, desde que inauguramos el nuevo milenio y los teléfonos inteligentes se apoderaron de todo nuestro tiempo, como amantes insuperables, insaciables e inseparables de cada segundo de nuestra vida, cambió la forma de viajar y de ver el paisaje. Ahora se viaja en masa en busca del selfie, al grito cirquense del “más difícil todavía” . Se trata de colgar el selfie inmediatamente en las redes sociales para comunicar dónde estamos y alardear de la estúpida valentía –digamos insensatez—de lo que son capaces muchos ansiosos de conocer el mundo de forma compulsiva: mirándolo de espaldas desde el extremo máximo de un peligrosísimo precipicio a través de un selfie para conseguir el efecto viral en Internet. Lo que cualquiera puede lograr fácilmente dando un paso atrás, aunque el interesado ya no vivirá para verlo. Una lástima, porque siempre habrá alguien que grabará impasible la escalofriante caída del narcisista de turno.
¡Ser turista en Noruega no es peligroso! gracias a la campaña protectora #Besafie
La gran mayoría de viajeros tiene muy gratas experiencias en la naturaleza noruega. Pero el afán por lograr el selfie perfecto en situaciones extremas no puede empañar las actividades al aire libre que se pueden realizar en ese país. Cada año Cruz Roja de Noruega lleva a cabo mil operaciones de rescate por todo el territorio. En rutas de senderismo al mirador Troltunga o a la formación rocosa El Pulpito, por ejemplo, se multiplican cada año los rescates. Bajo la idea firme de que no merece la pena arriesgar la vida por un “selfie” nace el concepto #Besafie (la unión en inglés de Be safe y Selfie), siendo Noruega el primer país en lanzar una campaña de concienciación y comunicación sobre esta peligrosa tendencia en entornos extremos en donde uno puede perder fácilmente la noción del espacio y la distancia.
El mensaje noruego es doble: diviértete, pero cuídate. ” #Besafie sigue las pautas del “Código noruego de montaña”en el que se definen unas reglas básicas de seguridad en la naturaleza que se enseñan, aplican y cumplen desde edades tempranas. Y es que en Noruega todo el mundo conoce y respeta estas normas cuando se realizan actividades en la naturaleza. “¡Ser turista en Noruega no es peligroso! La gran mayoría de sus visitantes tienen gratas experiencias en su naturaleza si es respetuoso con sus códigos de seguridad.
Acciones en torno a la campaña internacional #Besafie:
¿Cómo contrarrestar esta imparable y narcisista tendencia selfista? Se han diseñado, a tal efecto, instalaciones en suelos y paredes de aeropuertos y calles donde los turistas pueden hacerse selfies en un entorno seguro y con paisajes imponentes (ver fotografías en estas páginas). Son perfectos decorados de imágenes para fingir que has estado “al borde del abismo” y que nadie descubrirá que eres un impostor ¡a menos que tú se lo digas! Eso no implica que no visites in situ los lugares extremos que te ofrece la naturaleza noruega. Pero disfrutarás sosegadamente de ellos, sin la preocupación de lesionarte o, en el peor de los casos, pasar a mejor vida por culpa de un selfie. Más info: visitnorway.com.