Si verdaderamente consideramos que la educación es el desarrollo de las posibilidades latentes, en vez de usar la palabra educación, deberíamos adoptar otra: cultivar. El educador debe cultivar las potencialidades existentes en el niño para que pueda desarrollarlas y expandirlas.
Dra. María Montessori. (1870-1952)
Palabras de la doctora y pedagoga Italiana presente en las universidades de nuestro país y cuya trayectoria se recrea estos días en el film ¨Una vida dedicada a los niños¨.
María renovó la enseñanza poniendo en práctica el denominado Método Montessori, dirigido especialmente a niños en la etapa preescolar, y que trataba de fomentar la propia iniciativa de respuesta del niño a través del uso de un material didáctico especialmente diseñado. El método proponía diversificación del trabajo y la máxima libertad posible, de modo que fuera el niño quien aprendiera por sí mismo y al ritmo de sus propios descubrimientos.
Muchos han sido los pedagogos, científicos, profesores y educadores que durante generaciones han tratado de definir métodos de enseñanza, material didáctico y técnicas de estudio. Merece la pena revisar y echar la vista atrás sobre esa historia de la educación que tiene su espacio en el Museo del Niño de Albacete.
Museo del Niño de Castilla la Mancha ¨Juan Peralta¨.
La colección museográfica de la infancia de Albacete, recoge una gran exposición de diferentes elementos que nos revela cómo ha evolucionado la manera de educar, mostrando desde los materiales y elementos educativos más rudimentarios, a los juguetes y tebeos más leídos de la época y que sirvieron a muchos de aquellos jóvenes para mejorar la lectura, comprensión y fomentar la imaginación.
Iniciamos nuestro recorrido en la Sala Infancias Robadas, con una exposición sobre cómo vivían los niños tras la Guerra Civil Española y de cómo las escuelas eran el lugar dónde recibían alimentos, atención sanitaria y médica. Un espacio que nos recuerda la ayuda humanitaria que se recibía de otros países, como la leche en polvo de América, siendo en nuestros días un paradigma de lo que está sucediendo en los países en conflicto.
En la Sala de la Restauración Borbónica, encontramos pupitres de madera, cuadros cronológicos de los reyes de España hasta la regencia de María Cristina, mapa de España de 1925, braserillas para calentarse los alumnos, cabases (maletines para transportar los útiles escolares), y un globo terráqueo de 1902 entre otras curiosidades.
Por su parte, la Sala Segunda República ( 1931-1939) se caracteriza por una etapa de Escuela Única competencia del Estado, con educación igualitaria y sin adoctrinamiento religioso. La escuela sería laica y gratuita. La sala recrea con todo detalle una clase completa con todos los elementos utilizados en esos tiempos.
Nos sorprendió La Sala de los Institutos Históricos, un espacio que recrea un antiguo laboratorio de mediados del S.XIX, destacando una importante colección de globos celestes y terráqueos, microscopios, telurios y animales disecados. En este recorrido alcanzamos a comprender cómo se llevó a cabo el Plan Pidal, consiguiendo que la reforma del sistema educativo de 1845 apoyara la enseñanza secundaria de los jóvenes, especialmente de clase media.
En nuestro recorrido llegamos hasta la Sala El Rey de la Casa, un espacio entrañable en el observamos la evolución de los elementos de cuidado en la infancia, cómo cunas, tronas o cochecitos de bebe, así como, mostramos nuestro asombro de cómo juguetes de lo más rudimentario fueron el mayor tesoro de aquellas generaciones.
Recomendamos ver con detenimiento en esta sala los títeres y escenarios, contemplar las portadas de los comics más deseados de antaño y comprobar que la famosa muñeca Mariquita Pérez sigue siendo la más codiciada 100 años después de su creación.
Para finalizar nuestra visita nos adentramos en la Sala Una obra de Cuento dónde se exponen cincuenta obras de ilustración infantil, donadas por el Toledano Teo puebla, autor de gran reconocimiento nacional e internacional en la ilustración de textos literarios.
Una visita muy recomendable que nos hace echar la vista atrás, para comprender nuestro presente y mejorar nuestro futuro educativo.