Conocer un espacio natural en el que se encuentra una de las mayores colonias de buitre leonado es toda una experiencia que podemos encontrar a menos de dos horas de Madrid.
En un enclave privilegiado, el parque natural se encuentra en el nordeste de la provincia de Segovia, muy próximos al límite con la de Burgos, está incluido en la gran cuenca sedimentaria castellano-leonesa del río Duero y destaca por sus espectaculares paisajes constituidos a partir de un núcleo paleozoico sobre el que se apoyan sedimentos mesozoicos de origen marino.
Para los investigadores se trata de una zona en la que poder observar los materiales presentes en la zona pertenecientes a diversas épocas: Cretácico, con predominio de las calizas y dolomías de origen marino los largo del cañón y en ambas márgenes del río Riaza. Terciario, aparecen conglomerados carbonatados y calizas de origen lacustre y Cuaternario, Con materiales de origen aluvial, guijos, arenas y arcillas.
En el parque podemos encontrar los valles, profundos y de vertientes más o menos escarpadas y por otro, los páramos de extensiones planas de elevada altitud y cubiertos de cantos calizos irregulares, diferenciando así dos unidades geomorfológicas, con una vegetación esteparia adaptada a su clima continental y con presencia de sabinares, encinares y quejigares.
Además, existe una importante extensión de cultivos de secano y, en menor medida, de regadío en la vega del río Riaza.
Para los amantes de la naturaleza este espacio natural Hoces del Río Riaza es un lugar para recorrer a pie o en bicicleta por su red de rutas accesibles y señalizados que nos permiten en sus seis senderos admirar su paisaje, conocer su patrimonio histórico-artístico, observar las aves y conocer más de su diversa vegetación .
Un paraíso para el buitre leonado
Tenemos que remontarnos a los años 70 cuando el famoso investigador, naturalista y divulgador Félix Rodríguez de la Fuente, eligió este espacio para la grabación de varios capítulos de su serie El hombre y la Tierra, como el del Águila Perdicera y el del Buitre leonado.
Conocedor de la zona y de su riqueza natural, al detectar un descenso alarmante de la población de aves, favoreció la constitución del primer espacio natural protegido privado con la creación del Refugio de Rapaces de Montejo de la Vega, en Noviembre de 1974 por WWF España.
Fue el primer caso de custodia del territorio en nuestro país y un ejemplo de desarrollo sostenible y protección de especies amenazadas, como el buitre leonado.
Las hoces cuentan con una de las colonias más importantes de la península ibérica y de Europa. Paseando por sus senderos las podemos observar posarse en los riscos y volar en grupo en busca de alimento. Los riscos dónde se observan mayor concentración de aves de presa son el cerro del Portillo, la peña de la zorra y la Murcielaguera, en este último existe una importante colonia de murciélagos ratoneros.
El parque Natural hoces del Río Riaza fue declarado mediante Ley 5/2004, de 21 de diciembre, con la finalidad de contribuir a la conservación y mejora de sus ecosistemas naturales y valores paisajísticos. Por sus características es un espacio vulnerable ante cualquier actuación inadecuada, por lo que debe respetarse la señalización existente y las indicaciones del personal del parque natural. Para solicitar la autorización correspondiente y obtener información, podemos visitar La Casa Parque Natural Hoces del Río Riaza, en Montejo de la Vega de la Serrezuela (Segovia).
Se trata de un edificio en el que los visitantes pueden observar mediante maquetas, dibujos, fósiles y materiales de la zona, las características de este espacio natural en el que están presentes a tamaño real las aves que actualmente conviven en el parque, como el halcón peregrino, el búho real, el águila culebrera y el alimoche que representa otra de las colonias más numerosas.
Sin duda el proyecto que despierta más interés entre los visitantes, es la observación en tiempo real a través de una cámara de uno de los nidos que se encuentra en los roquedos calizos que forman estas hoces. Una iniciativa de la Fundación Patrimonio natural y el Consorcio de la Ruta Ribera del Duero, para contribuir a la preservación y divulgación de esta especie a través de las redes sociales y que nos permitió observar el comportamiento y la implicación de la pareja en las tareas de dar alimento y protección al polluelo.
La hembra suele poner un huevo y de manera excepcional dos, por lo que los huevos son protegidos e incubados por ambos, turnándose durante los 43 días necesarios para que eclosionen y salgan los pequeños buitres leonados. Las aves llegarán a alcanzar los 15 kg. en edad adulta y un tamaño de 3 metros cuando expanden sus alas, de punta a punta.
Los buitres destacan por tener una buena vista y poder localizar los cadáveres a largas distancias, prefieren comer carroña aunque en situaciones de extrema hambruna, pueden llegar a aliarse para matar a presas vivas que están heridas o enfermas.
La cámara nos permitió observar en tiempo real cómo se alimentaba la cría con los restos del alimento previamente ingerido y regurgitado por uno de sus progenitores, así como fuimos testigos de grabaciones de días anteriores en los que uno de los adultos extendía sus alas fuera del nido para proteger a la cría de la lluvia. Un instinto de protección animal que despertó nuestro interés por estas inquietantes aves, que a pesar de su fama de animal carroñero y de aspecto hostil, reafirma la necesidad de seguir protegiendo su entorno, para poder disfrutar de su observación en espacios naturales como el Parque Natural Hoces del Río Riza.