Sighisoara la ciudad mágica de Transilvania

A la hora de iniciar la andadura para conocer algo de este espectacular planeta, quise antes saber más de mi país. Después, pude así llegar a una clara conclusión. Sin duda vivo en uno de los entornos más completos del mundo desde el punto de vista turístico. Cuando me sentí satisfecho del conocimiento adquirido decidí que ya podía rebasar las fronteras, y hace más de tres décadas que inicie mi primer viaje.

Fué el destino quien lo eligió; no sé cómo, ni porque, pero aterricé en Rumanía. Hace cuatro o cinco años volví de a Bucarest  y pude en esa ocasión disfrutar de una gran temporada de ópera. Pero en 2011, el destino me hace recalar otra vez allí, con motivo de la celebración del Congreso Mundial de Periodistas de Turismo, representando a España. Pude saborear en esta ocasión, una prospera y cambiada nación, bajo el prisma que me permite establecer una opinión desde treinta años de distancia. Por ello le animo a conocer y bucear en las entrañas de este histórico y amable país. Puede hacerlo por su cuenta, le garantizo que no va a tener problemas de ninguna índole, al contrario, recibirá mucha ayuda y cariño de sus habitantes que son sin duda unos perfectos anfitriones; una vez llegue a su capital que es de visita obligada, el siguiente objetivo es dirigirse a disfrutar del misterio de una de las ciudades más emblemáticas de Europa.

Sighisoara, ciudad fortificada en el corazón de la boscosa, irregular y brumosa Transilvania. Sin duda uno de los conjuntos monumentales más espectaculares del mundo, razón que la ha hecho acreedora de ser Patrimonio de la Humanidad. Conserva su sabor medieval, aderezado con un halo de misterio y romanticismo. Tiene una atmósfera muy apacible que invita a recorrer su callejuelas empedradas y plazas a cualquier hora. Duerma en la ciudadela en alguno de sus singulares hoteles, y una vez instalado dediquese a curiosearla con parsimonia, disfrutando del silencio que percibirá cuando se hayan ido los cientos de turistas que la invaden diariamente y cuando se encuentre solo ante los miles de espíritus que la pueblan cada noche. Quedese dos o tres días y aproveche para visitar los castillos que se alzan sobre sus profundos despeñaderos, o las ciudades monumentales de Sibiu y Brasov.

Su origen es sajón y fue fundada en el siglo XII. Durante dos siglos estuvo gobernada por gremios que propiciaron para ella riqueza y esplendor. Es también la patria del célebre, Vladimir Tepes (Vladimir el Empalador, inspirador de la leyenda de Drácula), personaje que nació en este emblemático lugar en 1431. Como consecuencia de los continuos ataques de los mongoles la ciudad comenzó a amurallarse en el siglo XIV. Cuenta con nueve torres de las catorce que tuvo originalmente.

La ciudadela tiene una hermosa plaza principal con elegante estilo centroeuropeo, que acoge en sus alrededores diferentes espacios monumentales. A pocos metros está la torre del reloj, que es, el símbolo de la ciudad, al tiempo de ser también la sede del Museo de Historia. A un lado está la Biserica Manastirei, iglesia construida en 1677 sobre un templo de siglo XIII. Cerca de la plaza se encuentra la casa de Drácula, donde vivió Vlad Dracul desde 1431 hasta 1435, éste, era hijo de Milcea el viejo, y padre del famoso Vlad Tepes “El Empalador”, el célebre Drácula, y legendario enemigo de los turcos. Justo enfrente se encuentra un exposición permanente del personaje.

Recórrala pausadamente y se encontrará siempre rodeado de bellos edificios de épocas renacentista o barroca, saboree un buen café en una de sus terrazas y disfrute de la placidez del lugar. Todos los caminos terminarán llevándole a la Scara Scolii, una misteriosa y larga escalera de madera cubierta, que más bien parece un túnel ascendente, que fue construido en 1642 y que tiene 177 escalones que le transportaran a lo más alto de la ciudad. Esta calle-escalera lleva el nombre de Liceul J.Haltrch, una prestigiosa escuela fundada en el siglo XVI, y en la parte más alta está la iglesia de la colina que fue construida en 1345.

Como habrán podido deducir esta es una de las ciudades monumentales más interesante de nuestra vieja Europa. Vaya a conocerla y disfrute de las buenas sensaciones que con seguridad le despertará.