talavera de la reina… ¡wow! (II)

El segundo día de nuestra estancia en Talavera de la Reina comenzó con un desayuno en el Casco Viejo Bar & Kitchen, donde pudimos saborear su exquisita tortilla, como preludio de una visita guiada por el casco histórico y monumental. Impresionan tanto la magnitud de sus murallas como sus espectaculares murales cerámicos, cuya grandeza puede admirarse recorriendo a pie la Ruta de los 7 murales cerámicos de Talavera que, cuan pinacoteca, lucen altivos a los ojos de los transeúntes. Personalmente, de cuantos murales pudimos apreciar, destacaría tres:

  • Historia de Mondas, compuesto por 1515 azulejos en sus 20 metros de largo por 3 metros de alto, en el que se recrea la historia de la fiesta con todo lujo de detalles.
  • Pescadores del Tajo, que presenta 1275 azulejos dispuestos en 17 metros de largo por 3 metros de alto, y representa cinco escenas de la pesca local.
  • Las Mondas, es el mayor de los murales de la ciudad, recientemente restaurado, está compuesto por 2250 azulejos en sus 30 metros de largo y 3 metros de alto y representa un recorrido por la historia de las Mondas en tres escenas.

Proseguimos nuestra ruta en la Iglesia de Santa Catalina (también conocida como San Prudencio), de estilo gótico-mudéjar construida en el Siglo XIV. Como singularidad cabe reseñar que aún hoy uno de sus laterales presenta una apreciable tendencia a la inclinación, debido a la composición del terreno, y en su momento tuvo que ser intervenida por Juan de Herrera, arquitecto de El Escorial, quien diseñó los actuales contrafuertes con el propósito de evitar el colapso de los muros.

Nuestra siguiente parada fue un encuentro con grupos folclóricos y artesanos de la zona, a la vera del rio Tajo, en el puente romano de Santa Catalina (o Puente Viejo). La Asociación Cultural Folklórica de Talavera la Nueva y la Asociación la Milagrosa 2011, nos agasajaron con una demostración del folclore local y una degustación de productos de la comarca, entre los que personalmente destacaría los Quesos Peñitas (¡exquisitos!) y las singulares alfareritas, unas deliciosas galletas artesanas del Horno de Casilda que representan los azulejos cerámicos talaveranos.

A continuación cursamos una breve visita al Museo Etnográfico de Talavera de la Reina, en una antigua almazara de aceite construida en el siglo XVIII, donde se expone una colección de piezas propias de la identidad talaverana y en el que cabe distinguir el Yacimiento Arqueológico de Tenerías, un espacio concebido para el curtido de pieles.

Tras reponer fuerzas en el restaurante Zinco Zentidos (dos zetas que hacen honor a su chef, la malagueña Piedad Sánchez y al característico seseo de su lugar de origen), un magnifico ejemplo de la calidad de la gastronomía local, nos acercamos a conocer la Basílica de Nuestra Señora del Prado. Conocida como la Capilla Sixtina de la Cerámica y bautizada por Felipe II como la reina de las ermitas, su origen fue un templo romano dedicado a la diosa Ceres y en ella se puede apreciar una muestra de la mejor tradición cerámica de la ciudad, tanto en su interior como en su fachada. Una visita guiada por este templo constituye un recorrido amplio y generoso por la historia de la cerámica talaverana, con sus más de 1700 piezas datadas entre los siglos XVI y XIX que, según las fuentes locales, tienen su origen en distintos templos religiosos hoy desaparecidos.

Junto a la Basílica se encuentra otro edificio singular, la Plaza de Toros La Caprichosa, que data de 1890, una de las mecas de los amantes de la tauromaquia y recordada principalmente porque en ella falleció el afamado torero Joselito.

Para despedir la jornada tuvimos la oportunidad de participar en el evento de promoción turística «Descubre Talavera», al que acudió una notable representación de empresarios y políticos locales. Allí tuve el honor de intervenir en una mesa redonda junto a mis compañeros Miguel Ángel González Suárez y Enrique Sancho, para exponer nuestra visión del destino y su enorme potencial turístico aún por descubrir.

Imagen: Momo Marrero