talavera de la reina… ¡wow! (y III)

Nuestro último día en Talavera de la Reina comenzó con un suculento desayuno en el Restaurante Origen. A continuación visitamos la Muralla de El Salvador, un tramo del primer perímetro amurallado de la ciudad de los tres que lo conforman, cuyo origen data de la época del asentamiento árabe en la zona. Desde allí se puede ver una parte del skyline de la ciudad, la huella de una cáliga romana (sandalia de cuero utilizada por los legionarios de la antigua Roma) y, a través del adarve, acceder a la torre albarrana, una atalaya defensiva del siglo XIV.

El primer recinto amurallado o Muralla de la Villa data del siglo IX, siguiendo la estela del primigenio trazado romano y visigodo; el segundo fue construido en el siglo XI para resguardar los Arrabales Mayores o Nuevos, como consecuencia del crecimiento de la ciudad con la llegada de los repobladores cristianos; y el tercero se erigió en el siglo XII para proteger los Arrabales Viejos.

Desde los recintos murados nos trasladamos hasta la conocida Plaza del Pan, cuyo trazado en forma de circo romano está circundado por mayestáticos palacios renacentistas y que alberga la Iglesia de estilo gótico-mudéjar Santa María la Mayor, denominada también La Colegial, por su pasado como colegiata (desde 1211 hasta 1851). De esta construcción religiosa destacaría su imponente rosetón, al que pudimos acceder, y su hermoso claustro. Como curiosidad, señalar que en su interior están depositados parte de los restos del escritor Fernando de Rojas, autor de La Celestina y alcalde mayor de la Villa.

Cerramos nuestro periplo de tres días en la Finca La Pontezuela, situada en Los Navalmorales. Recorrimos sus instalaciones, rodeadas de olivos, y conocimos de primera mano el proceso de elaboración del aceite de oliva, comercializado bajo las marcas 5 elementos y Finca La Pontezuela, así como su línea de jabones y productos cosméticos elaborados también con aceite de oliva. También tuvimos la oportunidad de visitar el Centro de Interpretación, un espacio que nos introdujo en la cultura del olivar y sus frutos, así como participar en una cata de aceite, una interesante y muy recomendable experiencia.

El sabor de Talavera

Como comentaba en el primer artículo de esta serie, no puedo terminar sin dedicar una reseña especial a la gastronomía y la calidad de la restauración talaverana, sin duda una gran desconocida. Durante nuestra estancia visitamos diferentes restaurantes con propuestas gastronómicas locales e internacionales que dejarían gratamente sorprendidos y muy satisfechos los paladares más exquisitos.

Sus fértiles y gratas tierras permiten cosechar productos de primera calidad que maridan a la perfección con sus carnes de caza o sus peces de río. Sin olvidar las carillas, unas judías pequeñas cocinadas con verduras, las migas o el pisto talaverano.

Aparte de los ya citados Casco Viejo Bar & Kitchen, los restaurantes Zinco ZentidosOrigen y el Complejo de Ocio y Gastronomía San Peter, personalmente destacaría dos lugares muy recomendables: Sushi-Do, una muestra de la mejor washoku, comida tradicional japonesa decorada con bellísimas cerámicas talaveranas ambientadas en la cultura nipona, y la Tasca La Antigua, un templo de la mejor comida tradicional y de picoteo de la zona. Especial mención merece la cultura de la tapa imperante en la zona, por su calidad, su cantidad y su buen servicio, todo ello en un ambiente grato y relajado que convierten a Talavera de la Reina en un destino sumamente atractivo para el turismo gastronómico.

Quienes hayan seguido el relato de nuestro paso por la ciudad manchega entenderán ahora por qué he titulado esta serie de tres artículos Talavera de la Reina… ¡wow!

Agradecimientos

No puedo despedirme de Talavera de la Reina sin mostrar mi más sentido agradecimiento a Eva Martínez,   María Godoy, dos magníficas anfitrionas y profesionales de primer nivel, por su dedicación, su empeño y su capacidad organizativa; a Amanda Sánchez, Virginia Martínez y Beatriz Ordóñez, el mejor ejemplo del papel esencial que desempeñan las guías en el éxito de un destino, donde contar con profesionales altamente cualificadas se convierte en una ventaja competitiva; sin olvidar a Arturo Nanclares y Enrique García, siempre atentos y dispuestos a lograr que nuestra estancia fuera memorable.

Imagen: Momo Marrero