Es uno de los países más empáticos con las personas con problemas de motricidad u otras minusvalías. En Alemania no hay apenas problemas de accesibilidad en la mayoría de sus ciudades, calles, edificios, parques naturales y hoteles.
Según el Estudio de Competitividad Turística 2013, Alemania figura en primer lugar de los “países amigables” (el que mejor recibe a los turistas con discapacidad o no)
Todos hemos conocido o visto a alguien que sufre alguna discapacidad motora, visual, auditiva o intelectual y que cada una de ellas –con independencia de su origen—afecta a las personas de forma diferente. Una de las más visibles es la disminución parcial o total de la movilidad de uno o más miembros del cuerpo humano. Esto, obviamente, obliga a la mayoría de las personas afectadas por esta incapacidad a desempeñar sus tareas tanto domésticas como externas en silla de ruedas (Otras discapacidades que no corresponden a impedimentos motores como la intelectual o visual requieren otro tipo de ayudas)
Por otro lado, recientes análisis de los datos demográficos globales sugieren que la vida humana parece tener un “límite natural” (algunos genetistas lo ubican en los 122 años). Aunque hay científicos, como Olshansky, que muestran discrepancias con el “límite natural” y defienden que éste puede ser superado, dependiendo de diversos factores genéticos evolutivos y estilos de vida. Lo cierto es que, actualmente, bien por las discapacidades antes citadas, o bien a causa de esta longevidad in crescendo que se observa en la experiencia vital, son muchas las personas que se ven forzadas a moverse por medio de silla de ruedas.
¿Por qué a mucha gente le resulta incómoda la visión frontal de una persona con discapacidad motora en silla de ruedas? Los “sentimientos prohibidos” fascinaron a Freud y proporcionaron ingente material para su controvertida teoría de la represión y el todopoderoso inconsciente. La posible respuesta a la pregunta anterior suscita un nuevo interrogante ¿Reprimimos la expresión de esos sentimientos vergonzosos para
creernos nosotros –y hacer creer a los demás– que somos buenas personas?
Todos sabemos que tener una discapacidad motora no es contagioso. Entonces, ¿por qué tanta gente reacciona con incomodidad, se arredra, o mira hacia otro lado cuando se encuentra ante una persona en silla de ruedas? Una posible explicación la da Katheleen Mc Gowan, divulgadora científica de Psychology Today:: “La gente con alguna discapacidad puede recordarnos nuestra propia vulnerabilidad física y mortal”.
Cultivar la naturalidad
La mejor forma de disipar esta vergonzosa emoción es la educación. Cuando ante la imagen de una persona aprisionada en silla de ruedas le decimos al hijo “no digas nada” o “no mires” éste empieza a interiorizar que es “malo ser diferente”. Hay muchas formas de mirar con naturalidad a una persona en silla de ruedas. Pero la peor de todas es no mirarla. Convertirla en un ser invisible. Sucede cuando se practica esta injusta discriminación en vez de despertar la empatía. O se trata a las personas con algún hándicap con tremendismo o paternalismo. La vida real y la iconografía en baños públicos y otros recintos nos recuerdan que esas personas limitadas existen. Pero, lamentablemente, mucha gente no se conmueve por ellas porque no las trata. Ni se atreve a mirarlas…
Seres «excepcionales»
El primer problema comienza por el aspecto semántico. No se trata de que porque el tigre esté flaco le llamemos gato. Pero para referirnos a aquellas personas que tienen algún problema de movilidad (o sensorial) la sociedad aún emplea términos inadecuados. Aún se les llama “discapacitados” cuando realmente no lo son. Se trata de seres que tienen “alguna discapacidad”. Pero que no son “discapacitados” o “inválidos”. Es una falta de respeto designarles con estos adjetivos. El término por el que este escritor apuesta es por el de “excepcionales”. ¡Qué distinto suena al escuchar esta palabra! No menoscaba ni infravalora a nadie.
Las personas “excepcionales” no han de renunciar a mejorar su calidad de vida. Pero eso sólo es posible con la ayuda de una sociedad más justa, igualitaria, solidaria y empática. Es una responsabilidad de todos. Lilian Kechichian, ministra uruguaya de turismo, lo expresa así: “El desafío más grande es incorporar esa sensibilidad al ADN de la sociedad” Esto es, una sociedad que derribe las barreras que existen para esos seres “excepcionales” y les facilite una completa integración en la vida cotidiana. Desde el diseño de viviendas y ciudades adaptadas para ellos, hasta el disfrute de cualquier actividad ordinaria y tan deseada hoy como es, por ejemplo, la de viajar o hacer turismo. Viajar permite progresar en la vida.
Accesibilidad Global: derechos iguales para todos
La accesibilidad es la condición que permite llegar, entrar, salir y usar las viviendas, las calles, las tiendas, los teatros, los parques, las administraciones públicas, los lugares de trabajo,… en suma, todo el entorno, así como participar en las actividades sociales y económicas para las que se ha concebido el entorno construido. Y, la Accesibilidad Global es, según la Norma de certificación de AENOR UNEl 170.001, la cualidad de un medio (natural, urbanizado, construido, tecnológico o virtual) que permite su utilización social o individual en igualdad, con seguridad y de forma autónoma por todas las personas, con independencia de sus posibles deficiencias en sus funciones sensoriales, intelectuales o en sus estructuras corporales.
La vida ha de ser un regalo, no una carga
En este sentido, uno de los países con mayor concienciación y respeto hacia esas personas con problemas de motricidad es Alemania. (Hay 50 millones de europeos en estas condiciones que deben conocer las ventajas que Alemania les brinda como destino turístico) Durante muchos años, he viajado a diversas zonas del país germano para comprobar el grado de accesibilidad alcanzado en muchas ciudades y el resultado fue sorprendente. Desde importantes capitales como Berlín hasta pequeñas ciudades como Erfurt. Magnus Berglund, directivo de una cadena hotelera, se siente orgulloso de su filosofía: “Nuestro objetivo es que cualquier cliente se sienta valorado de la misma forma tanto si tiene alguna discapacidad o no” Pero eso no es todo.
Humanidades Digitales (HD)
Humanidades Digitales es una disciplina relativamente nueva que supone una nueva era No es fácil definirla. En palabras de la doctora Vera Hildebrandt, de la Universidad de Treveris (Trier), en Alemania, “es un campo que se centra en el uso de métodos e instrumentos digitales para realizar investigación básica o avanzada en las humanidades”. Con ella pueden recrearse antiguas civilizaciones como interfaces virtuales, recoger testimonios personales sobre revoluciones, guerras, desastres, historias, etcétera, y juntar toda esta información en bases de datos interactivas, con objeto de realizar investigaciones sobre la sociedad y el patrimonio en la era digital. Pero no se trata sólo de un inmenso archivo con toda clase de información: ¡es un lugar donde se pueden hacer cosas!
En este sentido, la universidad alemana de Treveris es pionera en Europa en el desarrollo de las HD. Sus estudios filológicos y humanísticos los combina con la computación para adaptarlos a las necesidades modernas. La doctora Hildebrandt presentó recientemente esta metodología en la universidad española de La Laguna (Tenerife, Islas Canarias) con la que colabora estrechamente. Pero, lo más importante para “Un mundo sin barreras” es que universidades y organizaciones alemanas, junto con las excelentes aportaciones de Estados Unidos, India, entre otros países, están poniendo todo su empeño en que la disciplina HD sea más abierta, implementando herramientas gratuitas y fáciles de emplear para que usuarios con discapacidad visual o baja visión puedan acceder en WordPress on line a todos los recursos de HD basados en textos PDF o HTML convertidos a Braille.
Otros proyectos de investigación que se están realizando en Alemania y que trabajan aspectos de la cultura hispánica aplicando métodos HD son los iniciados por José Calvo Tello, Christof Schöch, Nanette Risssler-Pipka y Tobías Kraft. Sus objetivos son ayudar a visibilizar el panorama europeo de las Humanidades Digitales. Se había descuidado las necesidades de las personas con discapacidad visual o con baja visión, por lo que muchos de los recursos digitales más valiosos resultaban inútiles para este tipo de personas. Sin embargo, mediante las innovaciones tecnológicas que se van desarrollando, futuras generaciones de científicos, investigadores, profesores, estudiantes y bibliotecarios con discapacidad sensorial incrementarán su participación en la experimentación y creación de proyectos académicos.
Con estos procesos de “diseño para todos”, basados en el decreto del Gobierno Alemán sobre “Tecnología de la Información Libre de Barreras” el país germano muestra una inequívoca voluntad de adelantarse a las leyes de Accesibilidad Universal. Esto es, “la condición que deben cumplir todos los entornos, bienes y servicios para que puedan ser utilizados por todas las personas en condiciones de seguridad y comodidad, sin discriminación, en igualdad de oportunidades, y de la forma más autónoma y natural posible” www.franciscogavilan.net
Francisco Gavilán es psicólogo y escritor. En 2007 recibió en Bruselas la Mención de Honor del Premio Europeo de Periodismo 2007 por su artículo “Por la diversidad. Contra la Discriminación”. Miembro de Fijet.