Tesalónica: El Camino de los Dioses

A los que nos gusta la mitología sabemos que los antiguos dioses griegos tenían tronos de cristal, construidas por Hefesto, en el Monte Olimpo “el luminoso”.


Y, como ocurre muchas veces, la ficción y la realidad pueden ser la misma cosa como ocurre con monte Olimpo, que es real, aunque no sus tronos….. o tal vez si……

Situado entre las regiones de Tesalia y Macedonia, es la montaña más alta de Grecia y segunda de los Balcanes y, si subes a ella, bueno a un tramo de ella, por el lado norte del Condado de Larissa, puedes ver el llamado “sillón de Zeus”. (“Padre de los dioses y los hombres”). El aire es fresco y lo cierto es que, rodeada de las montañas nevadas, me imbuí en el misticismo mitológico invadiéndome una sensación de paz tan agradable que el descenso se me hizo muy fácil

Al sur del monte está el “Valle de Tembi” por el que fluye el “Rio Pineios” que termina en el Mar Egeo. La zona es un lugar idóneo para para la práctica deportes como senderismo o montanismo.

Salónica o Tesalónica (su nombre proviene de “Thessalonike”, hermana de Alejandro Magno), es la segunda ciudad de Grecia, puerto del mar Egeo y capital de la Macedonia Central y, sin embargo no ha sido un punto importante turísticamente hablando en los últimos años. Por ello, para dar a conocer esta región desconocida de la Grecia rural que tanto tiene que ofrecer, a través de la Red de empresas de Turismo llamada OL-KIS, que practica una forma nueva de turismo dirigidas a la sostenibilidad de las zonas rurales mediante el turismo participativo y solidario, se ha creado el EuroRural que, en el caso de Grecia, ofrece conocer “el camino de los dioses”.

Una red de socios locales públicos, privados, voluntarios que favorece un turismo de colaboración reuniendo a los profesionales que trabajan en el sector del turismo, de manera que ofrecen al visitante, el encuentros con la gente local, aprendizaje directo del trabajo de la tierra y todo ello   compartiendo las tradiciones locales. www.authenticolympusland.org.

La ciudad fue un centro comercial importante incluso durante la dominación romana y fue residencia del emperador Galerio, que la embelleció con palacios y edificios públicos. Más tarde, con el imperio bizantino, la ciudad siguió creciendo en tamaño y en belleza arquitectónica. Su azarosa historia dejo huellas como las murallas de la época helenística, de la que aún se conservan restos, las imponentes fortificaciones como el Heptapirgion o La Torre del Triángulo y una población multiétnica. Pero en 1917 todo el centro de la ciudad fue devastado por un gran incendio y muchos edificios fueron destruidos. Aún así, la gran riqueza histórica y arqueológica de la ciudad fue reconocida por la UNESCO en 1988 como Patrimonio de la Humanidad.

Asombra El Arco de Galerio “Kamara”, punto de encuentro de los tesalonicenses y, a menos de 50, la Rotonda de Galerio (siglo IV d.C) o iglesia de San Jorge, dentro del cual se encuentra el Mausoleo del Galerio, con unos impresionantes mosaicos, un fresco del siglo IV y un minarete de  cuando  fue convertida en mezquita. Esta Iglesia es la más antigua de Salónica y muchos afirman que es la iglesia cristiana más antigua del mundo. Formaba parte del complejo palacio del emperador, junto al arco, pero del palacio solo quedan las ruinas de lo que fue.

No podemos dejar de visitar el Museo de la Cultura Bizantina de Salónica, inaugurado en 1994, que pretende mostrar el arte, ideas, estructura social y religiosa durante los periodos bizantinos y post bizantinos en la “más bizantina de las ciudades griegas”. También merece nuestra atención el “Foro Romano de Tesalónica” del siglo II d.C, que tenía un amplio foro de dos terrazas y un pequeño teatro utilizado en batallas de gladiadores. Y la Torre Blanca, símbolo iconográfico de Tesalónica que alberga el museo de la historia de la ciudad.

En la región en Skiti, puede uno alojarse en el Hotel EOS con la seguridad de que tanto Stelios y Maria Loannidis harán la estancia agradable y entrañable. Es un hotel precioso, con una decoracion cuidada y con una gastronomía típica que seguro que hará las delicias de quienes tengan la suerte de visitarles.

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En Velika, otra ciudad que debe visitarse en la región, encontramos el castillo Philoctetes, un héroe de la guerra de Troya, donde la profesora y arqueóloga Roula Sdrolia, directora del Diachronic Museo, nos guiara por sus muros y nos mostrara los restos de las casas civiles que allí existieron.

Larissa, es una ciudad de hallazgos lo que ha supuesto la creación del “Museo Diatrónico “para poder albergarlos. Articulado en 11 secciones muestran la cultura Tesalónica desde el Paleolítico hasta el siglo XIX, con objetos eclesiásticos, funerarios o mosaicos con más de 2000 piezas.

Esta ciudad ha sobrevivido a tiempos difíciles; dominada por los otomanos y los turcos, hoy es considerada una de las ciudades más prometedoras de Grecia. Fue tan importante que aquí vivió y murió el padre de la medicina Hippocrates y, junto a Atenas, es la única ciudad que posee dos teatros antiguos testimonio de su importante  histórico pasado.

En el monte Kissavos, lleno de robles, castaños, pilos, hayedos, orégano y tomillos encontramos la hierba llamada “de las montañas” protegida por la UNESCO. Y en su cima se encuentra el Monasterio de Santo de Timios Prodromos, que alberga 12 mojas procedentes de diferentes países como Estonia o Japón…Visitar este monasterio, charlar con sus monjas y probar los productos artesanales es toda una experiencia muy placentera.


Ampelakia, es un pequeño pero bellísimo pueblo con alguno de las mansiones más bellas de la región, Archontikos, que fueron construidas cuando esta era muy prospera. Fue, a principios del Siglo XVIII, cuando se estableció una cooperativa en la ciudad para producir el algodón de color rojo más caro y deseado de Europa. Pero como todo sueño, tuvo un final no muy feliz por las divisiones de sus miembros, las condiciones climáticas adversas y, entre otras cosas, por la revolución industrial de Inglaterra, que supuso un algodón más barato. La casa más representativa es la de Georgios Schwarz, construida a finales del siglo XVIII, que contiene elementos de la arquitectura bizantina: tres pisos, balcones y unas estructuras internas especiales como tarima para los músicos. Se han conservados pinturas en las habitaciones que dan una idea de lo esplendidas que debieron ser, decoraciones de los techos con composiciones de pájaros, plantas o chimeneas profusamente pintadas de vivos colores.

Mi último descubrimiento es el precioso pueblo de Metaxochori. Sus calles siguen el movimiento de la montaña como las casas de piedra que hay en ambos lados del camino. Llegando a la cima, existe una pequeña iglesia que tiene unos preciosos frescos que, reconozco son mi debilidad, y que en este caso destacan los demonios del infierno que nos muestran las torturas que tendrán que soportar los pecadores que desciendan a él.  Theodoros Souliotis, un afamado arquitecto de la región nos hizo de guía, pues él se encarga voluntariamente de guardar estos tesoros, y fue toda una lección magistral de pintura antigua ortodoxa. Muy recomendable

Pero me gustaría resaltar que los mayores adjetivos de esta región los merecen los habitantes de la misma, porque, en Tesalónica, nos encontramos con gente local muy agradable deseosa de atenderte con un servicio atento, siempre con una sonrisa y, cuando aparece la música, aun es mejor. La música transforma a los griegos y aparecen las risas, los saltos, los bailes interminables y por su embrujo, quieras o no, pasas a ser uno más. Tuve la oportunidad de bailar hasta caer rendida con el grupo “Militiades Dallas” en el café de la municipalidad de Agia.

Tesalónica y sus tesoros no te defraudara sino que, al contrario, visitarla te hará sentir una diosa más del Olimpo.