En estas últimas décadas, ha estado cuestionado y en proceso de declive, el excelente trabajo realizado por los Agentes de Viajes. Como consecuencia de las nuevas tecnologías que han conseguido, que los clientes se informen, reserven y compren sus billetes de avión, de barco, alquilen sus coches, elijan sus hoteles en una infinita variedad de ofertas; todo ello, desde casa, sin moverse y al final pagando en cómodos plazos con nuestro dinero de plástico. Estos violentos giros en los hábitos de compra de las vacaciones han predispuesto que se destruyan empleos y que cada día, se cierren más «tiendas de viajes y vacaciones» en todo el planeta.
El cambio está servido y no tiene marcha atrás. Los más avezados están a pleno rendimiento con el novedoso sistema y los que no han realizado esta transición obligatoria, están moribundos. Por ello, quiero hacer un especial homenaje a todos estos «asesores de viajes» que han realizado una labor formidable a través del tiempo y que deben de seguir existiendo adaptados a los nuevos tiempos.
Uno de los años más memorables en la historia del turismo fue 1841, en el que, por cuestiones del azar y el destino, comenzó su actividad, el pionero; el británico Thomas Cook y unos años después el norteamericano Henry Wells.
Concretamente el 5 de julio de 1841, Mr. Cook concibió y llevó a cabo la idea de arrendar un tren para transportar a 570 personas, en un viaje de ida y vuelta, que costó 1 chelín por persona, recibiendo un billete para ir de Leicester a Loughboroung para asistir a un congreso antialcohólico. El viaje era de 11 millas e incluía una merienda compuesta de té y bocadillos, la posibilidad de jugar al cricket y la oportunidad de bailar durante el viaje al son de una banda. Todo ello, en vagones descubiertos. Persuadir al director del ferrocarril de la Midland Counties de que le alquilase un tren a un precio moderado no debió ser tarea fácil en aquellos años. Mr. Cook consideraba que viajar podía mejorar las condiciones de vida de las clases trabajadoras, a las que se debía mantener a toda costa apartadas del alcohol. Imagínese todo esto dentro del contexto puritano de la sociedad victoriana. Fue un rotundo éxito y ello le animó a continuar organizando excursiones, en las que la principal innovación era que todo estaba incluido en el precio del billete. En 1856 efectuó un tour con la participación de guías de turismo, que es el primero conocido con estas características y en el cual llevó a 350 personas en un viaje por Escocia. Con motivo de la Primera Exposición Mundial, realizada en Londres en 1851, la cual fue visitada por cerca de 6 millones de personas; más de 165.000 lo hicieron con Mr. Cook. Esto evidencia su extraordinaria capacidad en la época. En 1856, organizó la primera excursión al continente; en 1866 la primera a EEUU, en 1872 la primera vuelta al mundo con un grupo de 9 personas. El viaje duró 222 días y las crónicas fueron publicadas por » The Times» de Londres. Este viaje inspiró a Julio Verne en su famosa obra, «La vuelta al mundo en 80 días». En 1878 llevó a 75.000 personas a visitar la Exposición Universal en París. Thomas Cook fue el creador en 1867 del primer cupón hotel, que hoy se conoce como bono.
El mayor aporte efectuado por Thomas Cook al turismo, sin duda radica en la introducción en esta actividad del concepto de «viaje organizado», que hoy en día, se conoce como «paquete turístico» y que fue el que permitió que una gran masa tuviera acceso a los viajes vacacionales. En 1938 Thomas Cook and Son era ya una potencia internacional reconocida y requerida para los trabajos más variados como fue reorganizar los viajes de los peregrinos a la Meca, mediar en Sudáfrica durante la guerra de los Boers, preparar el primer vuelo charter desde New York a Chicago etc.
En el otro continente, el pionero en las agencias de viajes fue el norteamericano Henry Wells en 1859 que con William F. Fargo dieron vida a otra de las grandes organizaciones de viajes: American Express, que nació vinculada al transporte de correos y mercancías para convertirse en una organización financiera emisora de cheques de viajes. En 1920 se convirtió en agencia de viajes.