Más cine, por favor…

Saint-Tropez:  El mito que creó la necesidad de “ver y ser visto”  para los famosos artistas e intelectuales franceses


De entre los múltiples atractivos que posee la ciudad de Saint-Tropez para sus visitantes, uno de ellos llamará especialmente la atención de los cinéfilos: El Museo de la Gendarmería y del Cine. El cine se considera el séptimo arte después de la arquitectura, la escultura, la danza, la música y la poesía. Y es que el cine no describe la acción como una novela, sino que muestra, transporta la mirada a un lugar  y la fija en los objetos que enmarcan la acción. Como diría Sammy Beracha, “el cine es capaz de animar a un cuerpo inerte”. En fin, la importancia del cine no la vamos a descubrir ahora, tras más de un largo siglo de radiante evolución. Pero sí el profundo maridaje que existe entre éste y la ciudad tropeziana.

El film de Roger Vadim con la actriz Brigitte Bardot “El Dieu crea… la femme” (1956) se considera la primera película que lanza el cine en Saint-Tropez, y, desde entonces, esta ciudad  ha sido escenario cada año de numerosos rodajes.. El mundo artístico e intelectual se deja cautivar por el encanto del puerto y todo su entorno. Famosos directores,  actores, y actrices encuentran en la ciudad, el ambiente ideal para desarrollar sus filmes. Claude Chabrol,  Ottto Preminger, Rommy Schneider, Alain Delon, Roger Vadim, sin olvidar la emblemática Brigitte Bardot,  la “descubridora” de este lugar, son sólo unos ejemplos. Asimismo, intelectuales, artistas o escritores como Picasso, Juliette Greco, Françoise Sagan, Jena-Paul Sartre, tampoco se resistieron a la tentación de conocer o vivir temporalmente en Saint-Tropez. Palabras de este enamoramiento como las del director Richard Balducci: “He rodado películas en Saint-Tropez  y sueño con volver a rodar allí una y otra vez” o las de la cantante Juliette Greco, recientemente desaparecida: “Vine hace años a esta ciudad y aquí me quedé, tan deslumbrada como el primer día” ,  son una muestra de la magia que irradia el que antaño fuera un sencillo pueblo de pescadores.

La saga de los gendarmes

Sin embargo, no haríamos justicia si no nos refiriéramos a un actor como Louis de Funes. En 1964 se convierte para el cine en el mariscal Ludovic Cruchot, el más famoso gendarme de Francia quien protagonizaría una larga saga de divertidas películas que acabarían atrayendo a millones de espectadores en todo el mundo. Para entender el éxito de las películas de gendarmes de  Louis de Funes es que supo crear un personaje innovador que no existía de forma tan evidente. Él se dio cuenta enseguida de que cargaba en sus frágiles espaldas con el nuevo éxito creando una figura con una hábil mezcla de comedia, burlesco y parodia, todo ello sin caer nunca en la vulgaridad o en lo grotesco. Filmes como “El gendarme en Nueva York”, “El gendarme se casa”, “Seis gendarmes se fugan”o “El gendarme y los extraterrestres”son una muestra del reconocimiento que tuvo el actor Louis de Funes en muchos países. Aunque el mayor honor para él fue representar al tradicional gendarme francés. Tan es así que el Museo de Cine se ubica en el antiguo y famoso edificio de la Gendarmería, dedicado, básicamente a Brigitte Bardot y Louis Funes, entre otros, que contribuyeron a que los paisajes, el ambiente, la luminosidad, el clima, y la autenticidad del pueblo de  Saint-Tropez  encandilaran de inmediato a la gente del cine, este tipo de artistas que no sólo reproduce en sus películas lo visible de la ciudad, sino que hace visible lo que no siempre lo es. Así, que los enamorados del séptimo arte, sólo nos queda reclamar lo de aquel estribillo que mi amigo Luis Eduardo Aute cantaba: “Más cine, por favor…”

www.franciscogaviklan.net