Gabriela Dancau, embajadora de Rumanía en el Reino de España presidió, el pasado 28 de febrero, el concierto de piano y violín que tuvo lugar en el Instituto Francés de Madrid en el contexto de los actos culturales que con motivo de la presidencia rumana del Consejo de la Unión Europea, se están celebrando en diversos países de Europa.
Cohesión, destaco la señora Dancau, es la palabra clave que simboliza el periodo de presidencia rumana del Consejo Europeo, cohesión en todas sus vertientes, incluida la cultural. La embajadora de Rumanía explicó el significado que tenían la fecha y el contenido de la música que iban a interpretar dos pianistas y una violinista procedentes de distintos países de Europa; el paso del invierno a la primavera, de la oscuridad a la luz, de la victoria del bien sobre el mal. Simbolismo en la celebración del “martisor”, diminutivo de marzo, en la lengua rumana que expresa la frescura y alegría asociadas a la llegada de la primavera. El “martisor” se materializa en un pequeño fragmento textil de hilo trenzado que la tradición mantiene que protege contra las adversidades y augura una feliz transición del invierno a la primavera.
Durante la presidencia rumana del Consejo Europeo, haciendo honor al propuesto objetivo de cohesión en su dimensión cultural, se ha creado una orquesta integrada por noventa músicos procedentes de las más prestigiosas orquestas de Europa con la música como uno más y no el menor, de los factores de la integración de los europeos.
Fantástica la violinista Clara Cernat, sin desmerecer en absoluto a los artistas del piano que bien a dos o a cuatro manos la acompañaron en la interpretación.
Calara Cernat, profesora de violín del conservatorio regional de Toulouse, y al piano la rusa Katia Nemirovitch-Dantchenko y Thierry Huillet francés y también profesor del conservatorio de Toulouse, interpretaron, a trio o a duo, obras de George Enescu, Ravel, Albéniz, Porumbescu, y Saint-Saëns. Todos escucharon prolongados aplausos.