VIENA: EL CONCIERTO DE AÑO NUEVO MÁS SINGULAR EN 81 AÑOS

Es cierto que la ciudad de Viena parece un sueño real. Como resulta ser cierto que la Filarmónica de Viena es una de las mejores orquestas del mundo. También es cierto que el Musikverein es uno de los escenarios con mayor sonoridad y nobleza que imaginarse pueda. Y, desde luego, no es menos constatable que Riccardo Muti (Nápoles, 1941) es uno de los directores más valorados del mundo, que precisamente ha ejercido su función por sexta vez en el Concierto de Año Nuevo. Así las cosas, resulta fácil comprender por qué el Concierto de Año Nuevo en Viena es, sin duda, el más mediático y renombrado concierto del mundo.

Retransmitido por televisiones de 100 países, y con una audiencia potencial de más de mil millones de personas… Porque no hay muchas posibilidades de estar personalmente en la Sala Dorada… Por culpa de su altísima demanda, las entradas son sorteadas y es preciso tener “un poco de suerte”… Menos mal que, en nuestro país, el Concierto de Año Nuevo se retransmite cada año vía Eurovisión por RTVE y ha podido verse en La 1 HD, RTVE.es y TVE Internacional Europa.

Pero, si el 2020 se cumplían varias conmemoraciones, también el 2021 ha sido una edición especial. La más especial de todas, porque se celebraba a puerta cerrada. Es decir, sin público que aplaudiese las bien estructuradas y harto conocidas partituras, de familias tan netamente austríacas como los Strauss (Johann I, sus hijos Johann II y Josef, su sobrino Eduard, y el hijo de éste Johann III), entre otros tan conocidos como punteros de la música mundial. ¿La culpa? Ya conocen al único invitado que quería colarse sin entrada: el fatídico Covid-19… Y creemos que no lo ha conseguido.

Consideramos necesario encuadrar a Viena en las circunstancias histórico-geográficas de una entidad mucho mayor. En 1867, tras el Compromiso con Hungría, Viena se convierte en la capital del Imperio austrohúngaro y en un centro cultural, artístico, político, industrial y financiero de primer orden. Aunque ciertamente efímero (sólo duró 52 años, 1867/1919, tuvo 2 emperadores, Francisco José I, y Carlos I, con capitales en Viena y Budapest), era enorme en su extensión y en su diversidad. Además de alemán y húngaro, se hablaba checo, polaco, rumano, esloveno, eslovaco, serbocroata, ucraniano e italiano. La religión de esta ‘monarquía constitucional dual en unión personal’ era la católica, y el soberano era emperador de Austria y rey de Hungría.

Pero el año 1918 acabó con la dinastía de los Habsburgo y con el Imperio Austro-húngaro, en cuyas tierras se encendió la mecha, y donde se entrelazan tragedias como la de Mayerling (1889), y los magnicidios de Isabel de Austria, Sissi (Ginebra, 1898), y del archiduque Francisco Fernando de Austria (Sarajevo, 1914). El antiguo territorio austrohúngaro -en cuyo suelo se originó la Primera Guerra Mundial que desdibujó, desmembró y rediseñó Europa- se extiende por 13 países europeos actuales.

Pero vayamos ya al leiv motiv de este trabajo: El Concierto de Año Nuevo en Viena, que es la capital y centro cultural y político de Austria. Situada en Europa Central a orillas del Danubio, en el valle de los Bosques de Viena, y al pie de las primeras estribaciones de los Alpes. Viena es la cabeza de uno de los nueve estados federados (Bundesland Wien), y está rodeada por el Estado federado de Baja Austria. Es la segunda ciudad más poblada de Europa Central detrás de Berlín, y la décima ciudad en población de la Unión Europea. Sus 2 millones de habitantes en 2018 (más otros 2,4 millones de su área metropolitana), hablan el idioma alemán en una de sus variantes bávaras.

En 1857 Francisco José I de Austria decide abrir una nueva avenida, la Ringstraße, donde se construyen importantes edificios como la Ópera, la Universidad, el Ayuntamiento, el Parlamento, la Bolsa y los museos de Historia del Arte e Historia Natural. Pero la derrota de Austria en la guerra austro-prusiana (1866) y la posterior anexión de los Estados alemanes a Prusia, convirtieron a la unificada Alemania en ‘un peligro’ para Austria. Razón por la que decide aliarse con Hungría en lo que se conoce como la ‘política de compensación o Ausgleichpolitik’.

El Concierto de Año Nuevo tiene lugar en el Musikverein, el centro del clasicismo vienés para los amantes de la música. La Gran Sala es también conocida como Sala Dorada (48 m de larga, 19 de ancha y 18 de alta), cuenta con 2.044 plazas (1.744 asientos + 300 plazas de pie), y no se limita a ser una de las más hermosas, sino que esta ‘caja de zapatos’ es conocida por ser una de las salas con mejor acústica del mundo. Para el Concierto de Año Nuevo, la sala, construida según el estilo historicista con la Antigüedad como modelo, es decorada con más de 30.000 flores… Pilares, cariátides y frontones en relieve, dan fuerza a la idea de que este lugar es un templo construido para venerar la música.

El edificio está situado en Dumbastraße / Bösendorferstraße detrás del Hotel Imperial, cerca de la avenida Ringstrasse y el río Wien, entre Bösendorferstraße y Karlsplatz. Se erigió como la nueva Sala de Conciertos a cargo de la Gesellschaft der Musikfreunde, en un terreno ofrecido por el emperador Francisco José I de Austria en 1863. Los planos fueron diseñados por el arquitecto danés Theophil Hansen en el estilo neoclásico de un antiguo templo griego. Incluían una gran Sala de Conciertos, así como una sala más pequeña para audiciones de Música de Cámara. El edificio fue inaugurado el 6 de enero de 1870 y, dado que uno de los principales donantes fue Nikolaus Dumba, el gobierno austríaco decidió bautizar con su nombre a una de las calles adyacentes del Musikverein.

En Viena, y gracias al patrocinio de ROLEX, este Año Nuevo hemos asistido al concierto de la Filarmónica de Viena dirigido por Muti, en su ya sexta aparición sobre las tablas y entre las flores del Musikverein. Allí, la música ha sonado como siempre: piezas breves, conocidas y elegantes, en un todo formado por valses, polcas y marchas de la familia Strauss y sus coetáneos… aunque sin aplausos… Mejor dicho, con aplausos enlatados, porque al término de la primera parte han podido escucharse numerosos aplausos virtuales, y se han visualizado cientos de fotos enviadas por los espectadores a tal fin.

Lo cierto es que la ORF (Radiotelevisión de Austria) ha recopilado a través de su página web los aplausos e imágenes de sus espectadores habituales que lo han deseado. Las 14.000 manos de 7.000 entusiastas han demostrado que el mundo no acaba todavía, y que la música es uno de los mejores remedios para la desilusión, el hastío y el dolor que se ha apoderado de nosotros en los últimos meses, y el mejor acicate para la fortaleza, la resiliencia y la esperanza. Y esperamos que, con la llegada de un nuevo año, llegue también el principio del fin de esta pesadilla mortal.

La Filarmónica de Viena se remonta a 1842, cuando Otto Nicolai dirigió un “Gran Concierto” con los miembros de la ópera de la corte imperial. Se considera que este evento es el origen de la orquesta. Desde su fundación, la orquesta ha sido dirigida por un comité administrativo elegido democráticamente y trabaja con autonomía artística, organizativa y financiera. En el siglo XX, la Filarmónica de Viena colaboró con Richard Strauss, Arturo Toscanini, Wilhelm Furtwängler y con los miembros honorarios Karl Böhm, Herbert von Karajan y Leonard Bernstein. La orquesta ha realizado aproximadamente 9.000 conciertos en todos los continentes desde su creación, y ha presentado las Semanas Filarmónicas de Viena en Nueva York desde 1989 y en Japón desde 1993.

La tradición del Concierto de Año Nuevo se remonta a 1941. El primer concierto para celebrar el Año Nuevo tuvo lugar en 1939, pero en esa ocasión se dio el 31 de diciembre, y el siguiente en 1941. Su primer director de orquesta fue Clemens Krauss, al que siguió en 1955 Willi Boskovsky. Boskovsky dirigió el Concierto de Año Nuevo no menos de veinticinco veces entre entonces y 1979, y fue televisado por primera vez en directo en 1959. Pero la ciudad de Viena tiene otro antecedente musical muy anterior. El Coro de los Niños Cantores de Viena Viener Sangerknaben desde 1498 (con residencia en el Palacio Angarten desde 1848 y con un centenar de coristas de entre 10 y 15 años), y el mucho más reciente Chorus Viennensis, creado en 1952.

El día de Año Nuevo de 2021 Riccardo Muti dirigió el prestigioso concierto de Año Nuevo por sexta vez (1993, 1997, 2000, 2004 y 2018). Junto a Zubin Mehta, Riccardo Muti es uno de los directores más activos del Concierto de Año Nuevo desde la época de Lorin Maazel. La estrecha relación artística del director con la Filarmónica de Viena celebra 50 años, casi 550 conciertos y se remonta a 1971. En 2011, este vínculo excepcional llevó a Riccardo Muti a ser nombrado miembro honorario de la Filarmónica de Viena.

Nacido en Nápoles en 1941, Riccardo Muti ha dirigido a las orquestas más importantes del mundo. A lo largo de su extraordinaria carrera, ha trabajado con la Filarmónica de Berlín, la Orquesta Sinfónica de la Radio Bávara; la Filarmónica de Nueva York o la Orchestre National de France, al igual que la Filarmónica de Viena, una orquesta con la que tiene un vínculo especial y con la que ha aparecido en el Festival de Salzburgo desde 1971. En el programa de 2021 obras de Suppè, Zeller, Millöcker, Komzàk II y, sobre todo, de Johan Strauss I, Johan Strauss II, y Josef Strauss. Al final, era inevitable, En el bello Danubio Azul (1866) y la Marcha Radetzky (1848) para terminar con palmas, que tan sólo han podido imaginarse…

¡Ah, el Danubio…! El Danubio -de poderoso, anchuroso y navegable caudal- es el segundo río más largo de Europa, después del Volga. Nace en la Selva Negra de Alemania de la unión de dos pequeños ríos, el Brigach y el Breg, fluyendo hacia el sureste a lo largo de 2888 km, incluidos los 48 km del río Breg, el más largo de las dos corrientes, cuya confluencia en Donaueschingen da origen al Danubio. Al llegar al Mar Negro, en Rumania, forma el Delta del Danubio, una región de marismas y pantanos poco poblados, aunque de gran valor ecológico. El Danubio constituyó durante la Edad Antigua una de las fronteras naturales que formaban el limes del Imperio romano (junto con el Rin y otros ríos y algunos trechos fortificados). Atraviesa 10 países europeos, desde su nacimiento en Alemania hasta su desembocadura en Rumanía.

En cuanto al vals El Danubio Azul es, sin duda, el más conocido de los cuatrocientos valses de Johann Strauss II, y una de las más populares piezas de la música clásica. Las connotaciones sentimentales vienesas lo han convertido en el segundo himno nacional austríaco, y es uno de los bises indiscutibles del Concierto de Año Nuevo de Viena. El Danubio azul (An der schönen blauen Donau op. 314, En el bello Danubio azul), fue compuesto por Johann Strauss II en 1867. Obtuvo ya un enorme éxito en la Exposición Universal de París en el verano del mismo año, y rápidamente alcanzó una tremenda popularidad, siendo una pieza musical ampliamente utilizada también en el cine.

Y ya sólo nos queda desear toda la felicidad posible en 2021, y que nuestros lectores disfruten del Concierto de Año Nuevo retransmitido desde Viena en 2022. La próxima edición (número 82), estará dirigida por el músico Daniel Barenboim (Buenos Aires, 1942), como ya lo hizo en 2009 y 2014. Pero si es intención de alguno de nuestros lectores desplazarse a Viena, será preciso entrar en la web de la Filarmónica de Viena de manera inmediata, puesto que sólo admite registros con un año de antelación. Para poder participar, es necesario inscribirse en la web de la orquesta entre el 2 y el 23 de enero. Los precios oscilan entre 35 y 1090 euros.

Si al final de todo no nos sonríe la suerte, no es aconsejable desanimarse. El año próximo podemos volver a optar al sorteo… O asistir en Viena a uno de los conciertos de verano de la Filarmónica. Son emocionantes y de entrada libre… O también podemos esperar al 1 de enero de 2022 para verlo en TVE. Es lo más asequible.