El Centro de Iniciativas y Turismo de Santa Cruz de Tenerife ha reconocido con el premio Amables del Turismo y Convivencia Ciudadana 2025 esta iniciativa que, hace 52 años, transformó la capital en una galería de arte al aire libre
maginen pasear por una ciudad donde cada plaza esconde una obra maestra, donde el arte no se encierra entre paredes, sino que respira junto a sus habitantes. Eso es precisamente lo que ofrece Santa Cruz de Tenerife desde 1973, cuando acogió un acontecimiento cultural sin precedentes en España y Europa: la I Exposición Internacional de Escultura en la Calle.
Este legado excepcional acaba de ser distinguido con el premio Amables del Turismo y Convivencia Ciudadana 2025, otorgado por el Centro de Iniciativas y Turismo de Santa Cruz de Tenerife en la 43ª edición de estos galardones, en reconocimiento a su contribución decisiva al desarrollo turístico y a la cohesión social de la ciudad durante más de cinco décadas.
Una apuesta visionaria en tiempos difíciles
Corría el año 1973. España atravesaba un momento político y cultural complejo, pero Santa Cruz de Tenerife se atrevió a soñar en grande. Con una audacia poco común para la época, la ciudad apostó por una propuesta artística vanguardista que desafiaba todos los convencionalismos: convertir el espacio urbano en un museo vivo y abierto a todos.
La iniciativa no surgió por casualidad. Fue el resultado de una confluencia excepcional: un tejido cultural local dinámico, el respaldo decidido del Ayuntamiento y el Cabildo Insular, y la visión estratégica de posicionar a Santa Cruz como un referente atlántico de creatividad contemporánea. Pocas ciudades europeas, en aquel entonces, contemplaban el arte contemporáneo como elemento vertebrador del espacio público.
Un museo sin paredes bajo el cielo canario
La exposición reunió a escultores internacionales de primer nivel: Henry Moore, Joan Miró, César Manrique, Martín Chirino y Óscar Domínguez, entre otros maestros del arte contemporáneo. Sus obras comenzaron a dialogar con la arquitectura de la ciudad, creando un paisaje urbano único donde lo cotidiano y lo artístico se fusionaron de manera natural.
Más de cinco décadas después, estas esculturas continúan transformando plazas, parques y avenidas en espacios de encuentro entre el arte y la vida. Cada pieza cuenta una historia, cada rincón guarda una sorpresa para el visitante curioso que recorre la ciudad con ojos atentos.
Una experiencia turística única
Para el viajero contemporáneo, Santa Cruz ofrece algo que pocas ciudades del mundo pueden presumir: la posibilidad de disfrutar de un museo de arte contemporáneo al aire libre, bajo el sol canario y sin necesidad de reservas ni entradas.
Las rutas escultóricas se han convertido en uno de los productos turísticos más valorados de la ciudad. Guías especializadas, publicaciones ilustradas y aplicaciones digitales facilitan recorridos autoguiados que permiten descubrir este patrimonio artístico a su propio ritmo. Además, la oferta se complementa con visitas especializadas, talleres educativos y eventos culturales que mantienen viva la propuesta original.
Democratizar el arte, enriquecer la convivencia
Lo verdaderamente revolucionario de esta iniciativa —y razón fundamental del reconocimiento recibido— es su carácter democrático e inclusivo. El arte está ahí, accesible para todos: residentes que transitan camino al trabajo, niños que juegan en los parques, turistas que descubren con asombro estas joyas contemporáneas integradas en el día a día de la ciudad.
Esta experiencia ha enriquecido la convivencia ciudadana durante generaciones, acercando el arte a miles de personas que, sin necesidad de cruzar la puerta de un museo, han podido disfrutar de obras de artistas de renombre internacional. Un valor que el Centro de Iniciativas y Turismo ha querido destacar al otorgar este premio que reconoce tanto el impacto turístico como el social de la iniciativa.
Un legado que trasciende el tiempo
Después de 52 años, la I Exposición Internacional de Escultura en la Calle sigue siendo un ejemplo vivo de transformación cultural. No solo cambió el paisaje urbano de Santa Cruz, sino también su identidad y su posicionamiento como destino turístico cultural de primer orden.
La experiencia demuestra que las apuestas culturales audaces, cuando están respaldadas por una visión a largo plazo, pueden generar transformaciones profundas que trascienden lo artístico para convertirse en elementos definitorios de una ciudad.
Hoy, este museo urbano galardonado invita a todo viajero a perderse entre las calles de Santa Cruz de Tenerife y descubrir este tesoro artístico al aire libre, donde cada esquina guarda una obra maestra y donde el arte forma parte natural del paisaje. Una experiencia única que combina cultura, historia y la belleza incomparable del entorno canario.
