MARES DE INTERIOR. EL PALACIO DEL MARQUÉS DE SANTA CRUZ

María José Cavadas Gormaz

¿Qué pinta un Archivo de la Marina Española en un secarral manchego? Es la pregunta que se hace todo el que visita Viso del Marqués, población situada a las puertas de Sierra Morena. El Palacio renacentista mandado construir por Don Álvaro de Bazán, ilustre marino español, es un ejemplo más del surrealismo que impregna la Mancha. Sin embargo, tiene una explicación lógica y de economía doméstica. Viso del Marqués queda a una distancia equidistante de donde estaban localizadas sus fuerzas navales. Mal comparado, es como si tienes una casa en Cádiz y otra en Madrid y cuando te desplazas de una a la otra quieres hacer noche en la mitad del camino. No es lo mismo, pero puede servir para entender la gigantesca construcción que ha colocado en la geografía al Viso del Marqués.

Álvaro de Bazán, primer marqués de Santa Cruz, almirante, perteneciente a una estirpe de marinos, consejero de Felipe II, el rey español más global de la historia hispana, decidió instalarse en una localidad manchega donde escasea el agua y el mar ha sonado siempre a una alucinación literaria, hasta que el turismo ha formado parte de nuestra cotidianeidad.

En el siglo XVI, época en la que se desenvuelve esta historia, el Mediterráneo y el Atlántico, eran lugares peligrosos. Por un lado, estaba lo que se denominaba “el turco” o “el infiel”, gente que practicaba una religión extraña y contraria a la autoridad católica. Por otro, los piratas ingleses. Bendecidos y espoleados por la propia reina Isabel II, ansiosos por apropiarse por las rutas marítimas comerciales y el paso a las indias.

Álvaro de Bazán dirigió batallas que han quedado en la historia con letras de Oro como la de Lepanto, la de Azores y otras muchas que ayudaron a Felipe II a construir el mejor eslogan de la época: “en mi imperio no se pone el sol”, debido a lo grande y esplendoroso.

Álvaro nació en Granada, en una familia de ilustres marinos. Se cuenta que sus juegos infantiles consistían en estudiar las estrategias militares de su padre. Profesó fidelidad al Rey y valor para jugársela en los mares. Sin embargo, esa trayectoria vital que se entiende perfectamente choca con la decisión de instalar su cuartel general en un secarral manchego, a un paso de la Sierra Morena, donde el mar es algo que pertenece a la ensoñación. Sin embargo, la explicación es sencilla. Le tranquilizaba estar “a tiro de piedra”, un decir, de sus flotas galera en Puerto de Santa María (Cádiz), Cartagena (Murcia) y Lisboa (Portugal).

En 1537 el emperador Carlos V consigue de Clemente VII el permiso de vender tierras de las órdenes militares para sufragar la lucha contra los “infieles” y en 1538 vende a Álvaro de Bazán la encomienda del Viso y Santa Cruz, una de las más ricas de la Orden militar de Calatrava. El militar traslada su residencia familiar desde Granada a su nuevo señorío, comenzando la construcción de lo que se conoce como el palacio genovés de La Mancha, según Carlos Sanz (MiCiudadReal digital, 2020).

El primer Marqués de Santa Cruz, capitán general del Mar Océano, enamorado de Nápoles, copió el modelo italiano para reafirmar su posición social. Contrató arquitectos y artistas para reproducir en tierras españolas construcciones que dejaran a las claras la categoría del propietario. Las paredes, bóvedas y techos son un paseo por el legado pictórico italiano, por la mitología, emblemas y leyendas. Lo que hoy se llamaría el “storytelling”, al tiempo que narra la historia de una familia ilustre de navegantes muy influyentes en su época por dos motivos: por su conocimiento de las artes de la guerra y por su proximidad al Rey.

Los descendientes del Gran Almirante han cedido el edificio a la Armada hasta 2088 por un euro/año a cambio de que albergue el Archivo General de la Marina, un archivo histórico con 80.000 legajos de valiosa información sobre la historia de la Marina Española.

El Palacio constituye una de las sorpresas manchegas. Llama la atención que a los pies de las estribaciones de Sierra Morena, en un terreno áspero y seco, el visitante se encuentra con un palacio que le habla de veleros y batallas en mar abierto. Es lógico preguntarse por qué motivo un marinero desembarcó en un espacio donde los lugareños todavía consideran el mar casi quimera.

El Palacio del Marqués de Santa Cruz fue declarado Monumento Nacional en 1931 y en 1948 fue cedido a la Armada Española.

Alrededores
Viso del Marqués cuenta con localizaciones próximas de interés turístico como Valdepeñas (40 km) y la plaza de toros de Las Virtudes (21 km).

Valdepeñas es una de las ciudades más importantes de la provincia de Ciudad Real, está situada al sudeste y cerca de Sierra Morena. Cuenta con más de 30.000 habitantes. Entre los puntos más destacados se encuentran: la Plaza de España, construida a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Los soportales sirven de sujeción a las fachadas de tipo historicista decoradas en blanco y añil. Otros edificios singulares son el Ayuntamiento, la iglesia de la Asunción y el Mercado. Además de la plaza, eje de la ciudad, en el resto del conjunto urbano se encuentran interesantes casas construidas en la época de mayor esplendor de la localidad, finales del XVIII y principios del XIX, entre ellas ejemplos modernistas como la casa Cruz, casa Izarra, casa Ruíz Poveda y el Casino La Confianza.

Plaza de toros y santuario de las Virtudes
La Plaza de toros es cuadrada y se la considera la más antigua de España. Construida en 1641, forma parte desde 2001 de la Unión de Plazas de Toros Históricas. Anexo a la plaza está la ermita cuya construcción se prolonga entre los siglos XIV y XVI. Las pinturas del camarín están consideradas el mejor barroco de Ciudad Real.

Sumario:
El Palacio constituye una de las sorpresas manchegas. Llama la atención que, a los pies de las estribaciones de Sierra Morena, en un terreno áspero y seco, el visitante encuentre un palacio que le habla de veleros y batallas en mar abierto.