Sarai Batu: una ciudad fantasma

Viajar al “pasado” no es sólo cosa de nostálgico


Un viajero árabe del siglo XIII, del norte de África, la describió como “una de las ciudades más bellas, una que ha alcanzado un tamaño extraordinario, llena hasta desbordar de gente, hermosos mercados y amplias calles”.  Se refería a una ciudad ubicada al sur de Rusia, cerca de la desembocadura del río Volga, llamada Sarai Batu. Fundada por Batu Khan, nieto de Gengis Khan. La ciudad poseía más de trece grandes mezquitas y otras tantas catedrales y madrazas, además de  numerosos bazares, y casas de baños. Su población la componía gente multicultural proveniente de la propia Rusia y de regiones caucásicas, además de mongoles -quienes gobernaban Sarai Batu y gran parte de Rusia Occidental durante los siglos XIII y XIV-, y mercaderes de lejanos países como Irak, Irán, Grecia, Egipto, Siria, aunque cada nación vivía en su propio barrio. (El turismo no lo inventaron los japoneses)

Sarai Batu  (que significa “Palacio de Batu”) era una de las mayores ciudades de la Edad Media (600.000 habitantes). La capital de la Horda de Oro, una parte del imperio mongol que, en su apogeo,  incluía gran parte de Europa y se extendía hasta Siberia. Pero, desgraciadamente, las fuerzas de Iván el Terrible, destruyeron la capital después de que éste conquistara el Kanato de Astrakhan en 1556. Una ciudad grande y rica siempre atraía al enemigo. No quedó piedra sobre piedra. Después de esta invasión, se produjo la reacción descrita por Nietzsche: “La guerra vuelve estúpido al vencedor y rencoroso al perdedor”

Museo al aire libre

Sin embargo, actualmente, como si se tratase de un milagro o de una fantasmal reaparición en el mismo paisaje donde se ubicó hace siglos, puede volver a admirarse Sarai Batu  por quienes, como el que esto escribe, se atrevan a recorrer los 120 km. que la separan de la moderna Astrakhan. Eso sí, para llegar a ella hay que recorrer la mitad del camino  por una carretera que adolece en muchos tramos de buena pavimentación y la otra mitad por polvorientos caminos de tierra en mitad de una gran estepa. En este caso, hay que recordar ese consejo que dice: “Lo importante del viaje no es el destino sino el camino” 

La razón de este renacimiento de Sarai Batu es debido a una compañía de producción cinematográfica. Hace un lustro construyó una magnífica réplica de la ciudad prácticamente en la misma ubicación geográfica que ocupó en el pasado. Su objetivo fue filmar el histórico drama bajo el título de “La Horda de Oro”. Tras la filmación de la película, en vez de desmantelar el inmenso escenario-decorado, de madera real y adobe, se decidió convertirlo en una atracción turística. Como anteriormente dije, no es fácil llegar allí. Aunque siempre te encuentras en Sarai Batu con algún norteamericano o noruego, por ejemplo, ese tipo de viajero aislado y solitario que busca destinos exóticos y excéntricos. Para éste, “viajar es encontrar lo que otros no buscan”

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